» Una peculiar forma de morir

Esta nota fue creada el lunes, 5 marzo, 2012 a las 23:06 hrs
Sección: La corazonada

La columna de hoy está escrita con toda seriedad y profesionalismo, aunque el tema pueda prestarse a broma.

El tema de la muerte siempre es serio, pero cuando el finado es sorprendido por la parca durante el acto sexual, pierde mucho de su solemnidad. Hace muy poco tiempo, tuve el caso de un paciente que murió 2 días después de haber presentado un infarto del miocardio durante la cópula, lo que me llevó a tratar este tema el día de hoy.

Más allá de novelas, películas o chistes, la muerte súbita relacionada a la actividad sexual es una amarga realidad, tanto porque no hay una cultura de prevención y la gente no se checa al menos una vez por año, como por la ignorancia de qué se puede hacer en la esfera de lo sexual cuando se padece una enfermedad cardíaca.

No voy a entrar en la discusión del origen de algunos nombres que se aplican para esta peculiar forma de morir, pues no tengo suficientes bases para afirmar o negar que el antiguo cacique Motupec fuera el causante de que se le conozca como “la muerte del caguamo”, ni mucho menos he encontrado información confiable sobre otra forma de llamarle, “la muerte cardenalicia”.

Prefiero comentarles lo que es realmente preocupante: que la actividad sexual de los enfermos es un tema que muchos médicos no domina y la mayoría de los pacientes prefiere no discutir, a pesar de que le genera miedo y desconfianza.

Como todo tipo de actividad, la sexual implica que haya consumo de energía y en consecuencia, es un tema que ha sido estudiado ampliamente por los médicos pero, por desgracia, no tiene suficiente difusión ni siquiera entre los profesionales de la Medicina.

El consumo de energía implica un gasto de ATP y de oxígeno; el ATP es una molécula que tiene tres fosfatos de alta energía y que se obtiene del metabolismo de los alimentos y al igual que el propio oxígeno, debe llegar a las células que estén trabajando para permitir la actividad realizada. Si una persona tiene una obstrucción en las arterias coronarias, el corazón empezará a fallar cuando la persona realice cualesquier actividad, incluyendo la sexual.

El consumo de oxígeno y energía lo medimos en unidades metabólicas, llamadas Mets. Un Met es el resultado del consumo de 3 ml de oxígeno por kg de peso, así pues caminar vigorosamente por espacio de 3 minutos en una superficie plana, nos hace consumir 2 a 3 Mets, en tanto que una relación sexual con la pareja habitual de la manera más común (con el hombre en posición superior), consume 5 a 6 Mets en promedio que es el equivalente a subir de dos a tres pisos y se dice que con la pareja habitual por razones obvias.

Es significativo que muchos de los pacientes fallecidos durante el acto sexual después de haber padecido un infarto, fueron sorprendidos por la muerte, con una pareja distinta a su verdadero cónyuge.

La información sobre la actividad sexual es crucial y los médicos deben  obtenerla de sus pacientes y éstos deben preguntar todas sus dudas, que deben incluir las relacionadas con su vida sexual, pues de otro modo, se arriesgan a una recaída, tal como un nuevo infarto o un evento de angina de pecho que los lleve de nueva cuenta al hospital.

Esto es valedero para los dos géneros, pues aunque la participación de la mayoría de muchas mujeres es más o menos pasiva durante el acto sexual, si tienen una arteria coronaria tapada, también estarán en riesgo.

Todas las cardiopatías provocan dificultades para la vida sexual de los pacientes, empezando por la disfunción eréctil que es causada por la hipertensión arterial y el síndrome metabólico (¿se acuerdan de la “enfermedad de los cuellos sucios?), que es el resultado de lo que llamamos disfunción endotelial y de ahí el buen resultado de los medicamentos vasodilatadores para el pene como el sildenafil y congéneres.

Pero no debemos olvidar que estos medicamentos están formalmente contraindicados en pacientes que emplean nitratos para su tratamiento puesto que corren riesgo de muerte súbita.

Después de un infarto del miocardio, todos los pacientes deben pasar por un período de rehabilitación que va de 8 a 12 semanas, que es el tiempo que tarda en cicatrizar el músculo cardíaco después de la lesión. Cada paciente deberá recibir una valoración individual sobre la forma en que se está desarrollando su rehabilitación, para indicarle el momento en que podrá tener actividad sexual y se le dan indicaciones precisas sobre hábitos y posiciones sexuales que no lo perjudiquen, además de enseñarle técnicas de relajación y respiración para evitar situaciones nocivas.

En la recuperación de la vida sexual de los pacientes, el primer paso es plantearle el tema a su médico, cuando le den el alta del hospital o en la primera consulta. Recuerde, si su médico no se lo plantea, usted le debe preguntar sobre la actividad sexual, pues debe ser parte de usted y no tiene porque ser diferente después de la rehabilitación.

Se hacen muchos chistes sobre “la muerte cardenalicia”, pero la realidad está muy lejos de ser graciosa.

Hasta la próxima.

Mail: ricardo.jauregui03@gmail.com





           



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