» La Ética en la Medicina

Esta nota fue creada el lunes, 25 noviembre, 2013 a las 3:00 hrs
Sección: La corazonada

 A Don Juanito lo había atendido durante unos 20 años debido a que padecía de hipertensión arterial. Cuando llegó a los 83 años, tuvo un desmayo que le provocó una herida en la cabeza que ameritó 6 puntadas.

Le comenté que había desarrollado un bloqueo cardíaco y necesitaba un marcapaso. Me preguntó varias veces si no necesitaba también un cateterismo cardíaco y le aseguré que no era necesario, pues no había datos para pensar que sus coronarias estuvieran mal.

Procedí a colocarle el marcapaso definitivo que necesitaba y dos días más tarde salí del país por tres días.

Dos semanas más tarde me visitó Don Juanito y se le veía muy contrariado, pues me dijo que cuando me encontraba ausente, acudió con otro médico que le aseguró que le urgía un cateterismo cardíaco. Después de cobrarle muchos miles de pesos, este médico lo felicitó porque su corazón estaba muy bien y lo dió de alta.

Mi paciente llegó muy enojado conmigo porque no le había hecho yo el cateterismo, siendo que lo necesitaba urgentemente según le dijo este médico. De pronto se quedó callado y me dijo con sorpresa: ¡Ah caray, si de verdad lo necesitaba, no es lógico que me haya felicitado puesto que no tenía nada… creo que me vieron la cara de tarugo!

Quise contarles esta anécdota para mostrarles un caso, de muchos que ocurren todos los días, donde un médico faltó totalmente a los principios más básicos de la Ética, que siempre deben regir  la relación entre médicos y pacientes.

Hace cuatro mil años que se iniciaron diversos preceptos para regular la conducta de los médicos. Sin ser propiamente un tratado de Ética, el Código de Hammurabi ya establecía premios y castigos para la actuación de quienes ejercían esta actividad.

Otro antecedente muy importante, sin que sea seguro que haya sido escrito por Hipócrates, es el Juramento que lleva su nombre, que tiene más de dos mil años, aunque fue dado a conocer en el año 400 después de Cristo. Muchos de sus preceptos establecen una conducta ética para los médicos y se mantienen hasta la actualidad, como el Primum non nocere que significa “primero no dañar”, un precepto que cualesquier médico respetable tiene como conducta inicial al tratar a un paciente y es conocido como principio ético de la No Maleficencia.

Practicar la Medicina dentro de los cánones de la Bioética, como es llamada  según la tendencia actual, ha sido una preocupación muy antigua. Ya en el Siglo XII en Sicilia, se reguló la educación médica y se iniciaron las certificaciones de personas que querían realizar esta actividad.

Han sido creados múltiples sociedades y colegios médicos, que además de aspectos académicos, tienen el objetivo de regular diversas actividades de los médicos asociados y velar porque mantengan sus actividades dentro de las normas éticas que han sido publicadas en el mundo. México pertenece a todas las asociaciones regulatorias y ha signado todos los acuerdos publicados por ellas.

La más reciente es del año 2000 y corresponde a la Asociación Latinoamericana de Academias Nacionales de Medicina.

Entre otras actividades, intentan regular el quehacer médico en la atención psiquiátrica, de niños, de desvalidos, en la experimentación farmacológica en humanos, evitar crímenes de guerra que incluyan experimentación humana así como la atención a moribundos.

Los médicos tenemos como primera obligación ética la de mantenernos preparados y actualizados. Debemos tener los conocimientos y las destrezas necesarias para brindar una atención de calidad.

Con esta finalidad, debemos pasar por una recertificación de cada especialidad, que se repite cada 5 años, basada en una puntuación determinada por cada Consejo Médico, que incluye publicaciones, asistencias a congresos, así como actividades docentes, hospitalarias y académicas.

Pero para que la relación médico-paciente permanezca bajo los principios de la Ética, es absolutamente necesaria la participación activa de los pacientes. Les aconsejo leer sobre sus enfermedades, mantenerse informados sobre los medicamentos que les fueron recetados, preguntar todas sus dudas a sus médicos y ante la posibilidad de un procedimiento quirúrgico, les sugiero tomar segundas opiniones.

Esto es completamente valedero y los pacientes pueden informar a sus médicos de esta situación, pues un médico ético, jamás podría considerar esto como una ofensa o falta de confianza, pues un principio ético es la autonomía del paciente para decidir quien será su médico tratante y los médicos lo respetamos.

Otro aspecto no ético bien documentado consiste en practicarle múltiples estudios a un paciente, sin que tales exámenes tengan sustento en una buena revisión clínica. Se practican exámenes en exceso por intereses económicos, ignorancia del médico, falta de una buena práctica clínica o temor a demandas.

Hace pocos días, tuve un caso que motivó la columna de hoy. Una paciente bajo mi cuidado tuvo pérdida del estado de alerta por unos segundos y de la memoria por 3 a 4 minutos. Recomendé un tratamiento y le aclaré a la paciente y a su familia que tenía una pérdida de flujo sanguíneo en la cabeza, situación conocida como isquemia cerebral transitoria y no requería estudios urgentes ni hospitalización.

El esposo había sido tratado por un neurólogo y decidió consultarle el problema de su esposa ese mismo día. Le practicaron una resonancia magnética nuclear del cerebro, una tomografía axial computada de 64 cortes y 28 exámenes diferentes de la sangre y orina. Cuatro horas después y 45 mil pesos menos en su cuenta, la paciente y la familia recibieron la noticia de que tenía isquemia cerebral transitoria y no había peligro alguno por lo que podía regresar a su casa.

Lo mismo que yo le había dicho horas antes, basado en una buena práctica clínica, sin hacerle estos exámenes y regido por principios éticos.

Los médicos debemos mantener en la mente el principio más básico de la Ética, la beneficencia del paciente, es decir, que pase lo que pase, el bien del paciente siempre será primero, pues lo único que los médicos debemos buscar siempre, es el beneficio de nuestros pacientes.

Mail: ricardo.jauregui03@gmail.com

Hasta la próxima.





           



Comentarios
No hay comentarios en “La Ética en la Medicina”

El área de comentarios esta cerrada.