» Sentimiento de culpa, enemigo invisible de madres trabajadoras

Esta nota fue creada el viernes, 8 mayo, 2015 a las 18:56 hrs
Sección: ¿Sabías que?

La culpa es un sentimiento común entre las madres trabajadoras que dividen su tiempo entre la oficina y la guardería, lo que no sólo puede mermar su crecimiento profesional sino también el individual, advirtió la académica María Isabel Caldú.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), más de 60 por ciento de las mujeres trabajadoras son madres, en quienes el sentimiento de culpa presente se relaciona con una neurosis provocada por no cumplir con las expectativas sociales.

La especialista en psicoterapia y desarrollo humano planteó que en las sociedades modernas las mujeres están sujetas no sólo a cumplir el papel de madre a la perfección, sino también a destacar como profesionistas, amigas y cónyuges, a ser dadivosas con sus familiares y a conservar su físico.

“La culpa se relaciona con el papel que tiene la mujer como madre. Dentro del imaginario social, la madre es la responsable de la crianza, de la educación, de todo aquello referente a los hijos.

“Tiene un papel predominante y se tiene la percepción de que el actuar de los hijos depende de si ella fue una ‘buena’ o una ‘mala’ madre”.

La académica del Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana externó que las constantes imposiciones en muchas ocasiones imposibilitan el acceso de las mujeres a una vida tranquila, estable o realizada, sobre todo cuando no se les ha fomentado el autoconocimiento a lo largo de su vida.

“Perciben una distancia entre lo que son en realidad, y lo que podrían llegar a ser dentro de sus circunstancias, potencialidades y tiempos y en la medida en que esa distancia se hace más grande la persona se siente muy insatisfecha”, explicó Caldú.

La también terapeuta dijo que cuando esa situación no es atendida suelen presentarse enfermedades somáticas u otros problemas emocionales como la depresión y la ansiedad.

Además, afirmó, evidencias desde el campo de las ciencias sociales han demostrado que el desarrollo psicoemocional e intelectual de los hijos de madres trabajadoras no es diferente al de aquellos niños con mamás que permanecen en sus hogares.

La académica aclaró que lo más importante es que la madre se dé tiempo para convivir con los pequeños y permanezca en comunicación con ellos.

María Isabel Caldú señaló que una de las herramientas utilizadas para ayudar a las madres a sentirse plenas es ayudarlas a reconocerse a sí mismas como seres humanos, con necesidades, deseos propios y limitaciones.

“Tienen que dejar un tiempo para ellas. Las madres no son las únicas responsables de los hijos; esa actividad debe compartirse con la pareja”.

La especialista destacó la importancia de considerar, desde la pareja, la conformación de una familia como un proyecto de vida decidido por ambos miembros, con el que se deben cuestionar lo que esa decisión implica, el tiempo que se le dedicará, y cómo desean desarrollarse como papás.

Además, de acuerdo con Caldú, las madres trabajadoras no están impedidas de acercarse a sus redes de apoyo, como sus familiares y sus amigos más cercanos, estructuras de especial importancia para las madres solteras.

La especialista subrayó que “ser madre no cambia la identidad de la mujer que decide serlo, pero la modifica y la amplía, y la coloca en un papel nuevo. Es una crisis normal, pasajera”.





           



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