» Tengo el corazón muy lento

Esta nota fue creada el lunes, 8 julio, 2013 a las 5:00 hrs
Sección: La corazonada

Cuando Mariana se desmayó la primera vez ni siquiera les avisó a sus papás, pues la caída no había tenido ninguna consecuencia, no se había lesionado y se levantó de manera inmediata y no tenía ninguna molestia.

Con 15 años, le gustaba bailar y hacer deportes, para lo cual habitualmente se sentía con mucha energía, aunque había ocasiones en que las actividades más ligeras le costaban mucho trabajo, estaba cansada todo el día y pasaba muchas horas dormida, motivo por el que su mamá la regañaba con frecuencia.

Cuando yo la examiné, sus latidos estaban en 44 por minuto y subieron a 50 después de 15 sentadillas, pues no pudo hacer ni una más. El caso era claro: un nuevo paciente con el corazón sano en apariencia, pero que le trabajaba muy lento.

La frecuencia cardíaca normal va de 60 a 100 latidos por minuto, cuando estamos en reposo y en actividades de vida diaria.

Por supuesto si tenemos ansiedad, fiebre, hacemos ejercicio o estamos en plena digestión, nuestro pulso será superior a los 100 latidos. Pero, ¿se han puesto a pensar que si estamos despiertos debemos estar en 60 latidos como mínimo?

Aclaro que debemos estar a esta frecuencia cuando estamos despiertos, pues durante el sueño, la frecuencia puede bajar de los 40 latidos y eso es completamente normal.

La única excepción a la regla es el corazón de los deportistas, pues el entrenamiento aeróbico provoca que el corazón esté permanentemente lento. Es muy conocida la anécdota descrita por los médicos personales del sueco Björn Börg, un gran campeón del tenis en los años 80, pues en una revisión médica de rutina, se encontraron con que el corazón del tenista latía a 36 latidos por minuto en reposo y que ni siquiera en esfuerzo máximo alcanzaba los 100 latidos por minuto y estaba totalmente sin molestias.

La frecuencia cardíaca mayor a 100 latidos por minuto se llama “taquicardia” en tanto que debajo de 60 latidos por minuto, recibe el nombre de “bradicardia”, pues el prefijo bradi significa literalmente “lento”.

La inmensa mayoría de las personas que tienen el corazón lento, no tienen síntomas. En unas pocas se presentan mareos, ocasionales dificultades para respirar y molestias en el pecho, sin ser un verdadero dolor.

Pero algunas personas con el corazón muy lento están gravemente enfermas. Consideren la siguientes estadística: el 25% de quienes sufren un infarto tienen la complicación de que su corazón trabaja muy lento. Un informe científico reciente publicado en Europa, sobre 545 infartados que al llegar a un hospital tenían bradicardia, nos dio esta información.

En corazones completamente sanos podemos tener algunos problemas con la electricidad del corazón, que provocan que los latidos sean lentos, menores a los 60 en un minuto. Son unas 20 diferentes causas y entre estos problemas los más frecuentes son: la Enfermedad del seno, la Disautonomía y el Síncope vasovagal. Los escribo con mayúscula, pues son nombres propios que usamos los médicos para problemas de salud específicos.

No pretendo hacerlos médicos ni expertos en el tema, por lo que resultaría excesivo describirles cada enfermedad en esta columna y en gran parte las he analizado en otras Corazonadas, por lo que les sugiero que las lean.

También en corazones totalmente sanos y sin problemas eléctricos, se puede presentar la bradicardia. Por ejemplo en las personas que no les funciona bien el tiroides, esa glándula que tenemos en el cuello, se les presenta la bradicardia como un dato muy importante para hacer el diagnóstico.

Por cierto que la forma del tiroides es similar a la de los escudos que usaban los legionarios romanos, por lo que recibe ese nombre en latín, pues tiroides significa “parecido a un escudo” ya que el sufijo ides describe algo “parecido a”, o “hijo de”,  por eso Filipides, significa “Hijo de Filipo”.

Otros problemas metabólicos, respiratorios y electrolíticos también se acompañan de bradicardia. Así, los grandes fumadores retienen mucho carbono a manera de gas en su sangre, lo que les provoca bradicardia y cuando se nos sube mucho el potasio o el calcio en la sangre, el corazón trabaja tan lento ¡que se puede parar!.

El diagnóstico de bradicardia es muy obvio, pues lo hace el propio paciente, quien acude a consulta porque detectó que su corazón está muy lento y corresponde al médico investigar la causa de tal problema, para ofrecer un tratamiento apropiado.

Las personas sin síntomas, no requieren tratamiento alguno, con la excepción de quienes tienen frecuencias menores a 40 latidos por minuto estando despiertos y que no aumentan con el ejercicio.

Es tema de discusión el mejor tratamiento que debe ofrecerse a estos pacientes sin molestias, pero con el corazón tan lento. Hay acuerdo casi general de que se les debe instalar un marcapaso definitivo, mediante una operación, pues aunque estén asintomáticos podrían tener un desmayo brusco en condiciones de riesgo. Imaginen por un momento que una persona como ésta, es el chofer del autobús que los lleva por carretera. ¡Sin duda le pondríamos un marcapaso!.

Algunos medicamentos son utilizados para aumentar los latidos en personas con pocos síntomas o sin ellos, como el salbutamol, el clembuterol,  el pindolol y otros más. El tiempo de empleo es variable y lo debe definir el médico en forma individual para cada paciente.

En personas con muchos síntomas y con desmayo recidivante, resulta más sencillo tomar la decisión de aplicar un marcapaso definitivo, sobre todo si se usa un punto de apoyo para definir esta conducta, que es el empleo de la prueba en mesa basculante.

Consiste en poner de pie al paciente, en una mesa especial inclinada a grados variables y ver el comportamiento de la persona, bajo monitoreo continuo de la frecuencia cardíaca, con electrocardiograma constante y registros periódicos de la tensión arterial.

En corazones sanos en apariencia, pero con problemas eléctricos más severos, se requiere aplicar siempre un marcapaso definitivo. Tal es el caso del Bloqueo cardíaco de segundo y tercer grado (llamado también completo), pues estas dos condiciones pocas veces son reversibles y su cardiólogo debe definir esta conducta terapéutica.

Como ven, amables lectores, que su corazón trabaje lento tiene muchas implicaciones y puede ser que no represente ningún problema o que haya la necesidad de ponerles un marcapaso. Mejor chequen la frecuencia de sus latidos y si están lentos, consulten a su médico de confianza.

Mail: ricardo.jauregui03@gmail.com

Hasta la próxima.





           



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