» La bolsa del corazón

Esta nota fue creada el lunes, 10 septiembre, 2012 a las 23:38 hrs
Sección: La corazonada

La naturaleza desarrolló varios mecanismos para proteger al corazón, ya que es un órgano muy delicado e importante del individuo.

Uno de estos recursos para protegerlo es el pericardio, que consiste en una bolsa hermética que se dobla de tal manera que cubre completamente al corazón.

El nombre del pericardio significa literalmente “alrededor del corazón” y está formado por dos capas sumamente delgadas, separadas por un espacio ocupado por unos 40 a 50 mililitros de líquido que se forma por filtración de la sangre.

Una de estas capas, está totalmente adosada al corazón, de hecho, constituye la capa más externa del órgano y por eso se le llama también epicardio (parte superior del corazón).

En nuestro desarrollo dentro del útero, el pericardio se forma de tal manera que nunca entra en contacto con los vasos sanguíneos, que de manera muy profusa llegan al corazón, de tal manera que  nuestro sistema inmunológico no se entera de que esta bolsa está en el centro del pecho.

Esto no es una situación única, ya que lo mismo pasa con otras bolsas que no tienen contacto con las defensas del sistema inmune, como también ocurre con la pleura en los pulmones, las sinoviales en todas las articulaciones y otras más.

Esta información es crucial para entender la razón por la que es tan raro que el pericardio sufra de infecciones, además de entender los motivos por los que algunas enfermedades lo afectan de manera sumamente grave, como aquéllas que inflaman las diferentes bolsas que cubren las cavidades mencionadas y que en conjunto las llamamos autoinmunes como el lupus, la artritis reumatoide, la poliarteritis, etc.

Estas enfermedades inflaman las diversas membranas que les he mencionado y eso provoca que produzcan líquido abundante, lo que llamamos un derrame, ya sea pericárdico, pleural, etc.

En el caso del pericardio, la causa más común de enfermedad es una infección viral frecuentemente desarrollada después de una gripe, lo que provoca dolor intenso en el pecho y alteraciones de los exámenes habituales del corazón como el laboratorio, el electrocardiograma, la radiografía y otros.

Este tipo de infección es una causa común de consulta al cardiólogo porque provoca mucho dolor, que aumenta cuando la persona mete aire profundamente a sus pulmones o cuando se acuesta boca arriba o hacia el lado izquierdo y disminuye al sentarse o inclinarse hacia delante.

La pericarditis viral, como se llama este tipo de infección, puede pasar desapercibida en gente que tiene mucha tolerancia al dolor y por ello el diagnóstico no es tan frecuente como debería. El 90% de las personas tienen un curso benigno, auto limitado, que se resuelve en un par de semanas sin la intervención del médico y en 4 a 5 días cuando se le ofrece tratamiento anti inflamatorio adecuado.

Sin embargo, el 10% restante puede evolucionar muy mal de varias maneras, lo que me pareció importante analizar hoy en la columna, con el objetivo de que los amables lectores conozcan este problema y prevengan posibles secuelas que los pueden llevar a la muerte.

Dentro de este 10%, se encuentran personas que producen un derrame pericárdico tan abundante que pueden morir, debido a que el corazón no puede llenarse correctamente  al estar rodeado de líquido a presión. Esto se llama “taponamiento pericárdico” y si el paciente no recibe una punción para drenar ese líquido puede fallecer en pocas horas.

También dentro de ese 10% está un grupo de personas cuyo pericardio persiste inflamado, nunca se autolimita y eso provoca que la membrana del pericardio se vuelva tan gruesa como una suela de zapato y eso limita gravemente la función de llenado del corazón.

A la larga, estas personas con pericarditis crónica, se quejan de grave dificultad para respirar sobre todo cuando caminan y siempre de manera progresiva. ¿Se acuerdan de la semana donde tratamos el tema “Siento que me ahogo”?

Precisamente ahí, analizaba este síntoma llamado disnea o respiración difícil, que en el caso de la pericarditis crónica se acompaña de hinchazón progresiva de las piernas, luego se hincha el hígado y se provoca después un derrame en el peritoneo (la llamada hidropesía que en realidad debe llamarse ascitis).

Este estado es muy grave y requiere un diagnóstico oportuno para darle potentes anti inflamatorios a los pacientes, pues de otro modo quedan condenados a padecer una enfermedad muy grave, incurable y con muy alta mortalidad en cirugía.

Le aconsejo entonces, amable lector, que si tiene dolor en el pecho pocos días después de una gripe, piense que tiene altas probabilidades de haber desarrollado una infección en el pericardio y acuda con su médico. Se evitará graves dificultades si por desgracia usted queda dentro del 10% que le estoy mencionando.

Mail: ricardo.jauregui03@gmail.com

Hasta la próxima.





           



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