Senadores del PRI y PAN lamentaron las agresiones por parte de integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en contra de profesores que aspiraban a ser evaluados el pasado fin de semana.
El senador del PRI y vicepresidente de la Mesa Directiva del Senado, Arturo Zamora Jiménez, lamentó que mediante el uso de la fuerza la CNTE pretenda impedir que profesores aspiren a la evaluación magisterial que permita mejorar su actuación frente a los alumnos.
“Este tipo de acciones violentas en contra de profesores que buscan su superación y profesionalización atentan contra la dignidad, contra el derecho a la imagen de las personas al exhibirlos cuando son rapados”, apuntó.
“Lamentamos que por medio de actos de denostación y de violencia se busque frenar la evaluación magisterial que se encuentra plasmada en la reforma educativa y pedimos a los estados donde están ocurriendo estos acontecimientos que se garantice la integridad de los profesores”, expresó.
Zamora Jiménez indicó que este tipo de acciones son ejemplo de estos grupos gremiales que no permiten que se opine de forma diferente a ellos y por el contrario utilizan la fuerza y la denostación en contra de los que se oponen a su visión respecto a la educación.
Por su parte, el presidente de la Comisión de Educación del Senado, Juan Carlos Romero Hicks, exhortó a los gobiernos federal y de los estados de Chiapas, Michoacán y Oaxaca a frenar y denunciar por la presunta comisión de delitos del fuero federal y común a los docentes de la CNTE que impidieron la evaluación este fin de semana.
Acusó que tanto a las autoridades estatales como federales les falta voluntad para aplicar la ley.
En ese sentido el senador del PAN dijo que el secretario de Educación federal debe tener una actitud más firme respecto al tema de la evaluación magisterial y emprender acciones legales en contra de los maestros y organizaciones que se oponen a ella.
Romero Hicks repudió que con estas acciones “se ofenda a los maestros que quieren su propia promoción, como ayer ocurrió en Chipas, en donde fueron agredidos y les cortaron el cabello contra su voluntad”.