Para poder aprovechar el verdadero potencial de las redes sociales en las campañas electorales es necesario tener presente su capacidad de penetración y de generar una reacción que se traduzca en el voto a favor de un partido, aseguró Rafael Rubio, quien fuera asesor de la campaña online de Mariano Rajoy en las elecciones generales de 2011 en España.
En el marco del curso “La Era Digital” organizado por el Instituto de Capacitación y Desarrollo Político (Icadep), advirtió que en efecto, un primer obstáculo que podría argumentarse para las redes es la “brecha digital”, sin embargo, éstas son en realidad una herramienta que permite difusión de información en un tiempo más rápido y sin necesidad de una convocatoria.
Al respecto aseguró que las redes tienen un potencial desde el punto de vista integral de la comunicación y no solo como un canal más de propaganda como sería en el caso de los espectaculares o de los spots en la televisión.
Es por ello que a partir de su experiencia en la campaña de Mariano Rajoy en 2011 y como colaborador en la de John McCain en 2008, señala que las redes tiene muy poco sentido “si luego no se consigue que esa publicidad se convierta en movilización, en una creación de una relación entre el candidato de un partido y esa persona”.
Aseguro que en México, como en muchos lugares, existe una tendencia u obsesión por medir “éxitos” a partir de seguidores o trending topics, lo que es como buscar ganar la batalla de redes por la cantidad.
En realidad, desde su punto de vista, no se puede medir el impacto y la profesionalidad de las redes en función del número de seguidores, ya que ello sería “como medir el amor por el número de besos”.
Al respecto advirtió que lo anterior se traduce en una especie de reedición de “The walking death”, por la cantidad de perfiles falsos que existen y las batallas que se generan entre estos mismos perfiles inexistentes.
“En pocas palabras, vemos perfiles que no existen o personas que no existen persiguiendo a personas que no existen y acaban peleándose entre sí por ninguna persona real alrededor”, aseveró.
Es por ello que el investigador advirtió que no se puede medir el potencial de las redes por el número de seguidores, sino por su capacidad de movilizar, crear conciencia o generar reacciones que se traduzcan en un voto a favor.
“Es decir, los fines de las redes sociales en una campaña tienen que ser los mismos que los fines de los medios de comunicación”.
Cuando se plantean campañas paralelas como hemos visto alguna vez en México, en donde el equipo de redes parece que busca objetivos distintos a los que busca el equipo de campaña o el de comunicación se traduce en un verdadero problema, opinó.
Entonces “esas campañas podrán ganar miles de premios pero nunca servirán como una herramienta eficaz para ganar una campaña electoral” ya que al final del día no generaron la reacción esperada que es el voto a favor o la movilización esperada.
“Al final una campaña lo que busca es ganar simpatías y ganar votos y ser capaz de movilizar a aquel que no estaba dispuesto a votar o de que aquel que iba a votar a otro acabe votándote a tí”, aseguró.
Por ello mismo, Rafael Rubio expuso que si se tienen presente estos elementos y los verdaderos objetivos que se deben buscar en una campaña digital, la brecha digital no es un problema.
Ello se debe a que al cumplir con su papel de difusión eficaz, quienes trasmiten un mensaje por una red logra que éste llegue a quienes puedan difundirlo a través de sus canales, “que no son necesariamente digitales” como encuentros, mítines o reuniones cara a cara, para trasmitir de manera fiable y rápida la realidad del momento.