La labor del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali) ha trascendido las fronteras de México, por lo que actualmente su labor es reconocida en países latinoamericanos que le piden asesoría, aseguró Javier López Sánchez.
El director del Inali detalló que ese organismo, dependiente de la Secretaría de Educación Pública, apoya las tareas emprendidas en el marco de la reforma educativa, con la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente.
El propósito es elaborar un diseño de las pruebas para el ingreso de docentes a la educación indígena, para que quienes impartan clases a ese sector hablen sus lenguas y no se les siga castellanizando.
“Damos nuestros puntos de vista y propuestas de cómo debe ser una evaluación pertinente, cultural y lingüísticamente; cómo debe evaluarse a los maestros, y que demuestren, realmente, competencias en la lengua y la cultura”, precisó.
López Sánchez, quien es originario de la comunidad chiapaneca de Mesbilja, se dijo orgulloso de que a México se le reconozca como un país pluricultural y plurilingüe, pero sobre todo como asistente de sus pueblos originarios.
En un comunicado, explicó que el Inali ha sido invitado por Perú, Paraguay, Bolivia y Colombia para asesorarlos, por las líneas de política pública que se impulsan.
Refirió que derivado del Plan Nacional de Desarrollo, el Inali da sugerencias para el diseño del currículum nacional, materiales educativos y estrategias de formación docente para la atención de la diversidad lingüística, así como para el ingreso docente, y la evaluación a los maestros indígenas.
Se trabaja transversalmente con todas las instituciones públicas a nivel federal, estatal y municipal, principalmente en los ámbitos de salud y justicia, ya que hay unos ocho mil indígenas presos, de los cuales 60 por ciento no habla español.
Por un lado, esta normalización se enfoca a tener una norma de escritura, y que los maestros sepan enseñar a leer y escribir a los niños indígenas; por el otro, hacer normal la presencia de las lenguas indígenas en la vida social.
Es decir, que no se vea como algo fuera de lo común, sino que se vuelva normal en la vida cotidiana el escuchar la lengua indígena.
El director general del Inali refirió que más de un millón de personas no hablan más que su lengua indígena; es decir, no hablan español, y de ellos, casi 800 mil son mujeres.
Por lo anterior es necesaria una política intercultural de lenguaje para generar condiciones de política pública a favor de las lenguas indígenas.
Alertó que hay 64 variantes lingüísticas de un total de 364, que están en alto riesgo de desaparecer, ya que tienen menos de 100 hablantes.
El más significativo es la quilihua, que sólo tiene cuatro hablantes, que contrasta con la náhuatl, que tiene más de un millón 500 hablantes; la maya, más de 800 mil, y las tzeltal, tzotzil, zapoteco y mixteca, con unos 400 mil hablantes cada una.