
La tosferina es una enfermedad antigua: se tiene información de ella desde la Edad Media. Aunque ha cambiado de nombre a lo largo del tiempo, su origen siempre ha sido el mismo: la bacteria Bordetella pertussis.
Recientemente el Comité Nacional para la Vigilancia Epidemiológica (Conave), emitió un Aviso Epidemiológico, debido al incremento de casos en México. Ya desde enero de este 2025, un comediante neolonés había compartido el caso de su bebé recién nacida, quien se encontraba en estado delicado debido a este agente infeccioso.
El caso se suma a las cifras registradas en México, que el año pasado experimentaron un alza: en 2023, el territorio mexicano cerró con 153 casos, en 2024 acumuló aproximadamente 443, lo que significó un aumento del 189.54%. Hasta la semana 7 de 2025, se han confirmado 120 casos distribuidos en 21 estados, además existen 460 sospechosos.
Brasil, Estados Unidos y Perú también notaron cifras más altas a las que se esperaría en un año normal. Además, al otro lado del mundo, la Oficina Regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió a los países de la región estar alerta luego de que el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) confirmara 32 mil casos dentro de la Unión Europea sólo en los tres primeros meses de 2024.
Qué es la tos ferina
Esta enfermedad es causada por la bacteria Bordetella pertussis y se caracteriza por afectar las vías respiratorias y ser muy contagiosa.
Pueden pasar entre siete y diez días antes de que el paciente comience a manifestar síntomas, a partir de ese momento se presentan dos fases: en la primera, los síntomas son leves, como los de un resfriado común, e incluyen moqueo, congestión nasal, ojos enrojecidos, fiebre y tos.
Después de una o dos semanas, los signos empeoran: vómito, fatiga extrema, tos violenta y rápida que termina con una especie de “silbido” e incluso con una coloración azul en los labios y la lengua.
De acuerdo con Mayo Clinic, usualmente los adolescentes y adultos se recuperan de la tos ferina sin problemas, sin embargo, los bebés, especialmente aquellos menores de 6 meses, pueden padecer un cuadro grave, ya que —aún cuando no presenten tos— se les puede complicar respirar.
Cómo se explica el incremento de casos
Hace más de 100 años los médicos Jules Bordet y Octave Gengou descubrieron al agente responsable de las miles de muertes registradas entre 1930 y 1940. Aislar la bacteria permitió la creación de una vacuna con la que se logró disminuir la gravedad de la infección, así como su letalidad.
Sin embargo, a partir de la década de 1980, se dio un aumento drástico en el número de casos, especialmente en niños y adolescentes de 10 a 19 años y en bebés menores de 6 meses, según información del sistema de salud e institución académica estadounidense Johns Hopkins Medicine.
“Esto se debe a la disminución de la vacunación en algunas comunidades”, señala.
Con la llegada de la pandemia por covid 19, el número de infecciones por Bordetella pertussis disminuyó, incluso algunos países alcanzaron sus números más bajos en décadas debido a las medidas de aislamiento, como sucedió en Inglaterra.
“A partir de abril de 2020 se observó una disminución sustancial de los casos de tos ferina, lo que supone el menor número de casos de la última década”, se lee en un estudio publicado en BMC Public Health.
En México ocurrió algo similar: en 2018 se contabilizaron 657 casos, en 2019 aumentaron a 791, no obstante, en 2020 la tendencia comenzó a ir a la baja con 233 casos. 2021 cerró con 15 y 2022 con 41.
En los últimos dos años (luego de que se retiraran las medidas sanitarias para contener el número de contagios por covid-19), los brotes de tos ferina volvieron a repuntar. En este sentido, los contagios más recientes también podrían haber sido detonados por una baja exposición a agentes infecciosos, como explicó el Dr. Víctor Gómez Bocanegra, epidemiólogo y profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Y es que, durante el distanciamiento establecido por la pandemia, hubo una menor exposición a patógenos, lo que “jugó en contra de los más pequeños, puesto que se hicieron susceptibles a infectarse de virus contra los que no se habrían podido inmunizar”, como detalló el especialista a Gaceta UNAM en agosto del 2024.
Aunque los repuntes demandan atención y cuidado, los expertos descartan que represente una amenaza pandémica. Al día de hoy, el índice de mortalidad de la tos ferina va del 0.2 al 1 por ciento por cada mil habitantes.
Las vacunas son la principal medida de prevención. Mayo Clinic destaca que los bebés menores de 12 meses de edad que no están vacunados tienen mayor riesgo de complicaciones graves y muerte.
En México, como en gran parte del mundo, se aplica la vacuna pentavalente acelular que se administra en 4 dosis a los 2, 4, 6 y 18 meses de edad. Además de prevenir la infección por la bacteria Bordetella pertussi, protege a los menores contra la difteria, tétanos, poliomielitis e influenza tipo B.
(milenio.com)