La proliferación del mercado ilegal de medicamentos en el país obliga a las autoridades a generar nuevas estrategias que permitan garantizar que los fármacos cumplen con las normas y medidas establecidas para la vigilancia sanitaria, sostuvo la senadora María del Rocío Pineda Gochi.
Por ello, dijo, la Procuraduría General de la República (PGR) y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) tienen que redoblar las acciones ante la amplitud del fenómeno y las nuevas vertientes de la práctica, como su venta por Internet.
Destacó que de acuerdo con cifras de la Cofepris, cuatro por ciento de los medicamentos que circulan en México es ilegal, lo que representa ganancias para los grupos delictivos de más 150 millones de dólares anuales.
La legisladora priista alertó que además de erosionar la confianza del público en los sistemas de salud, la venta de estos productos apócrifos genera un alto riesgo para la salud, que va desde el fracaso terapéutico hasta la muerte.
Ello, toda vez que contienen ingredientes incorrectos, cantidades insuficientes o excesivas del principio activo, o su envase es adulterado.
Además, la falsificación prolifera en las regiones en las que son más débiles los sistemas de reglamentación y control sobre el cumplimiento de la ley.
En la mayoría de los países industrializados con sistemas de regulación eficaces como Australia, Canadá, Japón, Nueva Zelandia, la mayor parte de la Unión Europea y Estados Unidos, la incidencia de fármacos falsos de etiquetado engañoso, falsificados o de imitación es inferior al uno por ciento del valor de mercado.
La senadora por Michoacán comentó que de enero a junio de 2014, la Cofepris decomisó casi una tonelada por mes de medicamentos irregulares, entre los que destacan, con 71 por ciento, las muestras médicas, cuya compra-venta está prohibida por la legislación sanitaria.