El Partido Humanista reconoció que la pobreza es uno de los problemas más arraigados y lamentables en el país, y se pronunció por revertir esa situación con políticas de redistribución más equitativas, centradas en la dignidad humana.
Aseguró que si se quiere revertir la situación actual, “no podemos seguir votando por los mismos”, toda vez que los partidos tradicionales han demostrado ser incapaces de solucionar el problema, pero sobre todo les ha faltado voluntad para lograrlo.
Propuso replantear el actual modelo económico y reconfigurar sus objetivos, pues busca una economía social y familiar más fuerte, y una cobertura social más amplia.
El Partido Humanista se manifestó en favor de una cobertura social universal, mejores salarios, más empleo y una redistribución económica más justa y equitativa.
En un posicionamiento en torno a la pobreza, el Partido Humanista buscó consolidar su registro como institución política porque conoce el México de los pobres y la desigualdad, de los pocos trabajos y mal remunerados, de las injusticias y carencias “y queremos mejorarlo”.
Los partidos tradicionales, aseveró, apenas han mejorado la situación social de la población y el modelo económico no ha cumplido su cometido. Su falta de resultados y, sobre todo, la incapacidad de asegurar el bienestar social, es motivo suficiente para replantear el “deshumanizado sentido económico”.
El Partido Humanista se pronunció por impulsar un modelo económico más social y responsable, que tenga como centro el desarrollo humano y el bienestar familiar, e hizo ver que “nosotros quisimos ser partido porque peleamos por personas, no por estadísticas”.
Refirió que de acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval), en los últimos 20 años la pobreza “apenas” ha disminuido ligeramente, al pasar de 53.1 por ciento de la población en 1992, a 51.6 por ciento en 2012, y consideró que “México es un país rico con ciudadanía pobre”.
Planteó que uno de cada dos mexicanos viven en la pobreza, independientemente de que el país se encuentra entre las 15 economías más grandes del mundo.
Insistió en que “el humanismo como movimiento” es fundamental para un país bajo estas condiciones sociales de pobreza y constante violación a los derechos humanos.
El Partido Humanista indicó que busca colocar al ciudadano en el centro de las políticas públicas del gobierno y rescatar la institución familiar de las degradantes condiciones de vida que los principales partidos de siempre han promovido; “nos indigna la pobreza y transformamos dicho sentir en acciones y propuestas”.