Después de la Unión Europea, Suiza y Noruega, México presentó su propuesta de Aporte a las Contribuciones Nacionales (INDC), en marzo pasado, con lo que se convirtió en el primer país en vías de desarrollo en hacerlo.
Así lo subrayó el titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Juan José Guerra Abud, al dar a conocer los compromisos de mitigación y adaptación de México ante el cambio climático para el periodo 2020-2030.
A diferencia de las metas propuestas en la Ley General de Cambio Climático (LGCC), las que se presentaron en esta ocasión no son condicionadas sino obligatorias, indicó el funcionario en conferencia de prensa.
Con lo anterior, dijo, México asume “con o sin apoyo financiero y de transferencia de tecnología” el compromiso para reducir la emisión de Gases de Efectos Invernadero.
Guerra Abud recordó que hasta marzo pasado era el plazo establecido con los países de las Naciones Unidas para presentar el compromiso de Contribución a la Reducción de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero conocido como INDC.
Aseguró que con esta acción México lo hizo en forma, además de que sus alcances van más allá, considerando que a pesar de contribuir apenas con 1.37 de gases de efecto invernadero (GEI) resulta ser uno de los más afectados por el cambio climático.
Recordó que en México, 92 por ciento de las emisiones provienen del sector industrial, a través de la quema de hidrocarburos y el ocho por ciento restante por cambio de uso de suelo.
A ello se suma que 45 por ciento de las emisiones se van a la atmósfera, 27 por ciento a mares y otro 27 por ciento a bosques, convirtiéndose en importantes resumideros de captura de carbono.
Al partir de estos datos, el funcionario destacó la importancia de cuidar los bosques para la captura de GEI y ayudar en el combate al cambio climático.
A su vez, el subsecretario de Planeación y Política Ambiental, Rodolfo Lacy Tamayo, explicó que para la propuesta de INDC de México se consideró el nuevo inventario de emisiones con datos concretos de 2013 sobre consumo de energía y actividades productivas y urbanas.
De hecho, destacó, esta información ya es clasificada por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) como información de interés nacional y se valora para considerarla como parte de las estadísticas del país.
En concreto, detalló que partiendo de que en 2013 México emitió 781 millones de toneladas de dióxido de carbono, equivalente (CO2e) y con base en datos del crecimiento económico del país, se fijó como meta bajar 51 por ciento de las emisiones de carbono negro.
Aseguró que este es el primer compromiso que está en línea con las indicaciones de la LGCC, luego de recordar que el carbono negro tiene en el lapso de 100 años 900 veces el potencial de calentamiento global en relación con el CO2.
Pero además, por provenir de un proceso de combustión incompleto y deficiente se convierte en un elemento altamente dañino para la salud, de ahí la importancia del compromiso fijado por México.
Además, como meta en materia de GEI entre 2020 y 2030 se fijó una reducción de 22 por ciento; mientras que en términos resumidos, combinando los contaminantes de vida corta se planteó un compromiso reducir 25 por ciento dichos componentes.
En ese sentido, aseguró que sectores como el de generación de electricidad, el residencial y comercial, y el de transporte jugarán un papel preponderante al reducir mayormente sus emisiones, seguidos de otros sectores para alcanzar esta meta a largo plazo.