Para escapar del helado invierno del sur de Canadá, las mariposas Monarca protagonizan una de las migraciones más espectaculares del planeta, con rumbo a los bosques mexicanos, fenómeno que se podrá admirar hasta los últimos días de marzo.
Sin brújula, sin guía, sólo el instinto o un misterioso magnetismo, aún en investigación, las hace volar más de cuatro mil kilómetros para hibernar en bosques de pino y oyamel, justo entre Michoacán y el Estado de México, generando una forma de subsistir a las comunidades de la región y brindando una experiencia única a los visitantes.
El hábitat de hibernación de la mariposa monarca es fundamental porque además de generar una economía local y a través de todos los prestadores de servicios por medio del turismo, también son importantes sitios de almacenamiento de agua, señaló la directora de la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca, Gloria Tavera.
Detalló que en las 20 hectáreas, área que se estima del hábitat de hibernación, estos insectos están distribuidos en diferentes sitios dentro del polígono de la Reserva de la Biósfera de la Mariposa Monarca.
“Este organismo de medio gramo y de tan sólo 10 centímetros de ancho tiene un valor excepcional, todo este fenómeno de mariposa Monarca, que son millones de mariposas que vienen y se establecen en estos sitios, generan además de la parte económica, una actividad turística en pro de las comunidades de la zona”, destacó.
De esta forma, la llegada del insecto es un halo de esperanza para los habitantes de las comunidades aledañas; lo que confirma Araceli, vecina del lugar, quien trabaja como vigilante en el Santuario de Sierra Chincua, donde se encarga de que los turistas respeten a estos increíbles insectos durante su estancia, es decir, toda la temporada invernal.
“A las mariposas muchas personas no las valoran, entonces a muchas personas no les interesa si las pisan, si las tocan, si las matan, y es lo que uno tiene que ver, que tengan un poquito de respeto hacía ellas, porque de alguna manera es la que nos da a nosotros para tener de donde vivir”, dijo.
En tanto, Gloria Tavera añadió que la mariposa Monarca es una especie que como cruza la mitad del continente americano, se convierte en un indicador del estado de conservación de todos estos territorios, “es una extensión enorme lo que ellas atraviesan y el hecho de que pueda permanecer o que haya mucha, significa que el estado de conservación de estos sitios por donde ellas pasan, está bien o lo contrario”.
Y desde el punto de vista ecológico, anotó, son importantes polinizadores, “no tan buenos como las abejas, los colibríes o los murciélagos, pero son polinizadores muy especializados para cierto tipo de plantas y que a través de toda la ruta que ellos atraviesan, hay una serie de especies, de las cuales, las mariposas monarca ayudan a que esta polinización se realice”.
Los santuarios establecidos en Michoacán y el Estado de México, están abiertos al público desde el 22 de noviembre hasta el próximo 31 de marzo, y según los expertos y los propios turistas, los últimos días de enero, así como el resto de la temporada, es el mejor momento para visitarlas, ya que el clima mejora, y el sol hace que las mariposas se sacudan y las podamos ver en su máximo esplendor.
Jorge, estudiante originario de la ciudad de Querétaro, se muestra satisfecho por su primera experiencia con este fenómeno migratorio en el Santuario de Sierra Chincua, en el municipio de Angangueo, Michoacán, “es una atracción que siempre me ha llamado la atención y ahorita que lo veo, sí vale la pena venir, ver tantas mariposas concentradas en un mismo lugar, creo que es impresionante”.
Para el joven estudiante fue una experiencia que llenó sus expectativas: “pensé que iban a estar todas pegadas en los árboles, que no las íbamos a ver volar, pero ahorita ya están saliendo… sí lo recomendaría, así entre semana, cuando no hay gente mejor… toda la travesía que hacen para llegar aquí, quien sabe como llegan”.
En el caso de María, originaria de Barcelona, España, su sorpresa no fue menor, “lo había visto por Internet, pero pensaba que llegarían en noviembre y que ahora estarían en los capullos y ahora al llegar nos dijeron que estarían todas pegaditas, no me imaginaba que las vería volar así todas aquí”.
Valió la pena el camino. Eso de que a través de generaciones lleguen aquí, que saben a donde tienen que ir, es impresionante este fenómeno de la naturaleza, agregó María, durante su recorrido en Sierra Chincua.
Y es que a pesar de que en 2014 la mariposa Monarca sufrió una dramática caída con sólo 0.67 hectáreas de ocupación y que este año llegaron atrasadas debido a los frentes fríos, el número de mariposas se recupera.
Pero de acuerdo con los pronósticos de los ejidatarios y expertos, y cuya cifra oficial se conocer la última semana de enero, la llegada de las Monarca doblará el número del año pasado.