El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, destacó los valores democráticos que unen a su país con México, que han sido la base fundamental de su cooperación e integración.
Salazar subrayó que ambos países continúan luchando por cuatro libertades: “la libertad frente a la necesidad, la libertad de culto, la libertad frente al miedo y la libertad de expresión”.
Conmemoración del fin de la Segunda Guerra Mundial
A través de una declaración difundida en sus redes sociales titulada Los valores democráticos que nos unen, el diplomático recordó que esta semana se conmemora el 79° aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945, donde México y Estados Unidos “lucharon juntos contra la tiranía, unidos por sus valores democráticos compartidos, que llevaron a unir los esfuerzos de Dwight D. Eisenhower y Lázaro Cárdenas”.
Reflexiones sobre el legado de la democracia
Señaló que, en las ocho décadas que han recorrido juntos, “hemos estrechado aún más nuestros lazos, pero los lazos que nos conectan se han fortalecido. No sólo nos une nuestra frontera o nuestras economías compartidas, sino nuestra profunda y duradera creencia en los principios democráticos fundamentales que compartimos”.
Indicó que el presidente Franklin Roosevelt, líder de su nación durante esa batalla entre las fuerzas de la oscuridad y la luz, habló elocuentemente sobre esos valores.
“Luchamos, y seguimos luchando, por cuatro libertades: la libertad frente a la necesidad, la libertad de culto, la libertad frente al miedo y la libertad de expresión. Estas no son simplemente requisitos para la democracia; en muchos aspectos, son la democracia”, subrayó.
Al recordar la Segunda Guerra Mundial y los grandes sacrificios hechos por tantos para preservar estas libertades.
“Nunca debemos perder de vista lo valiosos que siguen siendo los valores democráticos que han unido a nuestras naciones y que han sido la base fundamental de nuestra cooperación e integración”, mencionó.
Recordó que en su estado natal de Colorado, en un monumento frente a las montañas de Sangre de Cristo, están inscritos los nombres de quienes pelearon en la Primera y Segunda Guerra Mundial.
“Con mucho orgullo, ahí puedo ver apellidos de origen mexicano, tales como Montoya, Salas, Quintana y Salazar. Mi padre fue soldado en la Segunda Guerra y peleó por esos valores democráticos que entonces y ahora siguen uniendo a nuestras naciones”.
“También mi tío Leandro Montoya, quien murió en el frente y está enterrado en un cementerio nacional de Nuevo México”, añadió.
(milenio.com)