Las víctimas del delito no buscan venganza sino justicia, advirtió Isabel Miranda de Wallace, presidenta de la organización Alto al Secuestro, quien propuso, entre otras cosas, modificar la Ley de Víctimas para hacerla operante.
En el “Foro de equidad para las víctimas en el debido proceso penal”, que inauguró este martes el presidente Enrique Peña Nieto, Miranda de Wallace hizo una remembranza de su hijo, quien fue secuestrado y asesinado.
Sin embargo, dijo, sólo quienes hemos sufrido la pérdida de un hijo, sabemos lo que eso implica, pero “no vinimos aquí a lamentarnos” y en ese momento se vio obligada a guardar silencio para no romper en llanto, cosa que le valió una ovación del auditorio.
Explicó que las víctimas son las menos tomadas en cuenta en los procesos penales, con constantes revictimizaciones. “Nosotros pedimos nuestro derecho a la verdad, a la reposición del daño y a que los culpables estén en la cárcel”.
Basta de que la justicia trate de ver sólo por el imputado. No se trata de que se violen los derechos humanos de ellos; todo lo contrario. Sólo que haya equidad en el trato con las víctimas, aclaró.
Y destacó la necesidad de modificar la Ley de Víctimas, para que en lugar de esperar a una sentencia, un comité técnico determine en 90 días si la persona puede acceder a los recursos.
Porque hasta la fecha no se le han dado recursos por reposición de daños a ningún familiar de víctimas, a pesar de que hay un fondo de mil millones de pesos.
En su oportunidad, durante el mismo foro, Alejandro Martí, presidente de México SOS, aseguró que los familiares de las víctimas “nos hemos sobrepuesto a nuestro dolor”, para que esto no le vuelva ocurrir a nadie en México”.
Recordó que la impunidad y la corrupción son los principales enemigos, y prueba de ello es que tres de cada 10 secuestros se fraguan en las prisiones y seis de cada 10 llamadas de extorsión telefónica salen de las cárceles.
Además, en sesenta por ciento de las 476 cárceles de jurisdicción estatal prevalecen el cogobierno o el autogobierno, lo cual habla del nivel de corrupción que prevalece en ellas.
En ese sentido, planteó que México debe decidirse a cambiar, en esta que es la última oportunidad para crear un México entusiasta y limpio, donde prevalezca la auténtica justicia.