El Instituto Nacional Electoral (INE) subió 20 puntos de confianza ciudadana en la última década, por encima del presidente de la República y contrario a los partidos políticos (que siguen siendo el sector de mayor desconfianza), lo que el consejero presidente Lorenzo Córdova destacó como una realidad necesaria “le pese a quien le pese”, frente al acoso, las estupideces y las supercherías.
En conjunto con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México, el INE presentó el Informe País 2020 sobre la democracia que destacó un incremento de 20 puntos en la confianza ciudadana hacia el INE del 2013 al 2020, lo que su consejero presidente celebró.
“Los alcances que sustenta este informe y el alcance implica un avance adelante, porque es indispensable para poder avanzar no a tientas, no a ciegas, no con base en supercherías tan de moda en nuestros tiempos de terraplanismo y muchas otras estupideces que cunden en el mundo, sólo un país que conoce su realidad puede tener elementos para orientarse hacia su futuro. En tiempos de crisis y acoso a la democracia, resulta fundamental.
“El modelo electoral ha logrado convertirse, le pese a quien le pese, en un referente internacional porque garantiza el derecho al sufragio, no hay otro ámbito en la vida de la sociedad donde las y los ciudadanos somos tan y absolutamente iguales”.
El índice de confianza a instituciones y sectores, reflejó que las universidades públicas son las de mayor credibilidad con el 70 por ciento, seguido del Ejército y la Marina, con 64 por ciento; la Guardia Nacional, con 61 por ciento; y el INE, con 60 por ciento; al que le sigue el Presidente de la República, con 53 por ciento. Mientras que en los niveles más bajos están los partidos políticos, con sólo 22 por ciento de confianza; las diputaciones locales, diputaciones federales y senadurías, con 23 por ciento.
En cuanto a niveles de gobierno, la mayoría de los sectores de la sociedad consideran que el Presidente de la República es el que mejor los representa, aunque los jóvenes de 18 a 29 años son los que le dan la votación más baja.
El 52 por ciento cree que sigue existiendo compra de votos, el 46 por ciento que el gobierno utiliza recursos públicos para favorecer a sus partidos, el 42 por ciento que los sectores económicos más ricos compran las elecciones y 13 por ciento que se amenaza a los votantes en casillas.
Mientras que el 19 por ciento confía en que los votos se cuentan limpiamente y el 11 por ciento dice que las autoridades electorales son justas.
El 42 por ciento aseguró que les han pedido su credencial de elector durante los procesos electorales, el 17 por ciento que les exigieron pruebas de sus votos, el 15 por ciento escuchó o vio robo de boletas o urnas, el 13 por ciento presionaron a empleados para votar por cierto partido político.
Respecto a los problemas más graves del país, el 55 por ciento dijo que el mayor problema es la corrupción, el 53 por ciento la pobreza, la inseguridad y delincuencia con 50 por ciento, desempleo con 50 por ciento y el mal empeño gubernamental con 25 por ciento.
El 38 por ciento cree que la corrupción se ha mantenido y el 30 por ciento que ha aumentado. Es el sector salud donde más han tenido contacto con actos de corrupción, mientras el Ejército y la Marina es donde aseguraron que incluso tuvieron que dar dádivas.
El 66 por ciento de la ciudadanía consideró que los gobernantes mexicanos respetan las leyes poco o nada. También respondieron que no se sienten representados y no creen que la actividad legislativa refleje sus intereses, sino que, por el contrario, responden a intereses partidistas o particulares.
Y el 65 por ciento cree que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno; el 16 por ciento consideró que en algunas circunstancias, un gobierno no democrático podría ser mejor; y el 15 por ciento respondió que da lo mismo un régimen democrático o no. Y sólo el 12 por ciento consideró estar muy satisfecho con la democracia en el país.
(milenio.com)