México adoptó la Agenda de Acción de Adís Abeba, documento final de la Tercera Conferencia Internacional sobre Financiación al Desarrollo, por consenso y como resultado de 10 meses de negociación en el seno de la Organización de Naciones Unidas.
El escrito contiene varios aspectos que el país ha implementado a través del Programa de Reformas Estructurales impulsado por la administración del presidente de México, Enrique Peña Nieto.
Las secretarías de Relaciones Exteriores y de Hacienda y Crédito Público destacaron que esta ocasión representa un hito histórico en el marco conceptual sobre el financiamiento para el desarrollo, particularmente porque instala una visión comprensiva, innovadora y estratégica del desarrollo como responsabilidad de cada país.
Ello, con base en la participación de todos los actores relevantes: el gobierno, el sector privado, los organismos y donantes internacionales, así como de sus ciudadanos, indicaron en un comunicado.
Durante su participación, señalan, México enfatizó que comparte plenamente esta premisa, toda vez que muchos de los aspectos más ambiciosos del nuevo marco han sido implementados por el país en el curso de los últimos tres años, mediante el Programa de Reformas Estructurales impulsado por la administración de Peña Nieto.
De hecho, destacan que México jugó un papel muy activo durante el proceso de negociación al impulsar sus posiciones nacionales “y facilitar el acuerdo entre las partes, dada su vocación de puente y conciliador entre diversas posturas”.
Asimismo, como impulsor del legado de la Conferencia de Monterrey en 2002, México promovió una serie de elementos que fortalecen los compromisos previamente adquiridos, a la vez que representan una contribución significativa para la aplicación de la Agenda de Desarrollo Post-2015.
Detallan que entre los avances más destacados de la Agenda de Acción de Adís Abeba, impulsados por México, se encuentran: la importancia transversal de la buena gobernanza, transparencia, equidad de género y los derechos humanos.
El fomento a un desarrollo integral, que considere de manera equilibrada la dimensión social, económica y ambiental, la creación de un nuevo pacto social que permita erradicar la pobreza en sus múltiples dimensiones.
También el reconocimiento de la contribución de la migración al desarrollo en los países de origen, tránsito y destino, así como el respeto a todos los derechos de los migrantes y la necesidad de combatir el racismo y la xenofobia.
Otros puntos impulsados por México son el apoyo continuo a los países de renta media que aún enfrentan retos estructurales y la promoción nacional de políticas responsables que promuevan la estabilidad y el crecimiento económico incluyente.
Además de la importancia de la dimensión medioambiental en el financiamiento para el desarrollo, incluyendo la consideración de la biodiversidad en los sectores productivos y el combate al cambio climático.
El apoyo decidido a la implementación de la Agenda de Desarrollo Post-2015, que incluye un mecanismo de seguimiento que permitirá la rendición de cuentas, es otro punto.
La delegación mexicana fue liderada por el subsecretario de Hacienda y Crédito Público, Fernando Aportela, y compuesta por funcionarios de las secretarías de Hacienda y Crédito Público, Relaciones Exteriores y Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Entre sus actividades, participó en una serie de reuniones y eventos paralelos en los que se reafirmó la importancia global de este proceso y el papel de México en el mismo.