La Guardia Nacional de Texas está ampliando el cerco de alambre de púas a lo largo del Río Bravo, que marca la frontera entre Ciudad Juárez, Chihuahua, y El Paso, Texas.
La extensión del alambrado se ha concentrado principalmente desde el marcador 36. Esto ha llevado a los migrantes a dirigirse hacia áreas que no cuentan con doble cercado.
A pesar de estas medidas, las personas migrantes continúan llegando a las orillas del río en un intento por ingresar a Estados Unidos .
Para hacerlo, deben evadir a los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), quienes mantienen un operativo en la zona, aunque con menos personal.
En el lado estadunidense del alambrado, los extranjeros han colocado cobijas a modo de sombrillas para protegerse del intenso calor diurno y de la arena levantada por las tolvaneras.
Entre los migrantes se encuentran mujeres, niños, bebés y hombres. Muchos de ellos han pedido ayuda humanitaria, ya que llevan horas sin acceso a agua ni alimentos.
(milenio.com)