El nuevo marco curricular para la educación básica debe ser concebido como una ruta que permita replantear lo que hasta ahora se ha hecho en el sistema escolar, para construir de manera colectiva otra forma de trabajo en la escuela, donde importe el sujeto de aprendizaje y su desarrollo, coincidieron especialistas en educación de diversas instituciones.
Durante el foro “El nuevo Marco Curricular para la Educación Básica a debate”, el investigador emérito de la Universidad Nacional y también profesor de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), Ángel Díaz Barriga, consideró que se trata de un proyecto el cual reclama cambiar la mentalidad de alumnos, maestros, directivos, jefes de sector, supervisores, y transformar de forma radical los planes de estudio de las escuelas normales.
El director del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE), Hugo Casanova Cardiel, cuestionó si la aprobación del nuevo proyecto será suficiente para que el profesorado trabaje con un nuevo formato, y cómo se logrará la formación que requieren para ello.
La secretaria general del IISUE, Yazmín Cuevas Cajiga, se pronunció a favor de fortalecer la propuesta y probarla con expertos y maestros. Desde 2002, abundó, se han hecho reformas pero con el sello de una gestión específica; este ha sido el signo de las últimas cuatro reformas curriculares.
Catalina Inclán Espinosa, integrante del IISUE, advirtió que una reforma curricular no implica una modificación sustantiva de las prácticas, sino un cambio en los formatos de presentación. Una estructura curricular se enlaza, entre otros aspectos, con perfiles profesionales, con criterios e indicadores para el ingreso, permanencia y promoción de docentes, añadió.
El también investigador de ese instituto, Sebastián Plá Pérez, manifestó que la pandemia acrecentó las desigualdades sociales; el cierre de escuelas rompió muchas veces a las comunidades educativas que el plan de estudios pretende defender.
En su oportunidad, la investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), Blanca Heredia Rubio, señaló que en el texto queda explícita la escuela como forjadora y constructora de sociedad.
“Es una propuesta radical, ambiciosa, que plantea una transformación sistémica de fondo de la cuál consideramos que es la finalidad de la educación escolarizada y cuáles los medios para lograrla”, dijo.
Antonia Candela Martín, del Departamento de Investigación Educativa del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, reclamó que a mitad del sexenio, se pongan a discusión los nuevos programas de estudio y los contenidos de renovados campos formativos. Expuso que hay un intento por vincular las ciencias naturales con las ciencias sociales; se habla de interculturalidad y se mencionan algunos saberes culturales.
En tanto, Abelardo Carro Nava, docente frente a grupo en la Escuela Normal Primaria “Profesora Leonarda Gómez Blanco”, en Tlaxcala, afirmó que poner a debate este instrumento y el plan de estudios 2022 tiene como propósito confrontar las ideas y opiniones sobre un tema determinado, con la característica importante de la pluralidad.
(milenio.com)