En cuatro décadas como especialista en el reconocimiento, epidemiología, control, prevención y otras facetas de la malaria, Filiberto Malagón Gutiérrez, jefe del Laboratorio de Malariología de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, dijo que nunca como ahora había sido tan complejo referirse a la enfermedad en México.
A propósito del Día Mundial contra la Malaria, que se conmemora el 25 de abril, explicó que “los datos con los que se cuenta son parciales, pues existen áreas en el país donde no pueden realizarse registros debido a los entornos de conflicto; no hay forma de entrar de manera confiable.
“Además, otro problema es la migración, pues muchas personas que vienen de Centroamérica en busca de trabajo están infectadas de paludismo y sus parásitos son tomados y transferidos por los mosquitos locales”.
En un comunicado, alertó que los puntos rojos de transmisión y aumento de la incidencia se ubican en las costas del Pacífico y Golfo de México, en entidades como Veracruz (al sur), Campeche, Chiapas (ruta de tránsito), Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Jalisco y Sinaloa.
El número de casos que se registran oficialmente no llegan al millar por año. La malaria está considerada por las autoridades en una etapa de “pre erradicación”, estimación que podría ser inexacta, consideró Malagón Gutiérrez.
“Esto había ocurrido ya unos cuantos años después de iniciada la campaña de erradicación del paludismo en México, allá por 1956, y para 1962 ya se consideró eliminado.
“Ante ese panorama se relajó el sistema de control y prevención y el resultado fue que la transmisión se presentó de nuevo con más intensidad. Ésta ha sido una buena enseñanza si queremos aprender de la experiencia. Hoy estamos igual que en 1962”, remarcó.
Considerado como el malestar parasitario más importante del orbe, es transmitido por la picadura de mosquitos del género Anopheles infectados con parásitos del género Plasmodium.
De las especies existentes de Anopheles que pueden propiciarlo, en México existen cuatro principales: albimnus, pseudopunctipennis, aztecus y quadrimaculatus.
Al referirse a las formas de contraer la afección, el investigador indicó que no es sólo por picadura, también es posible por transfusiones sanguíneas, por vía congénita y por el uso de jeringas contaminadas.
Escapar de ser picado por mosquitos es evitar la malaria. Hay que utilizar protectores contra esos insectos en las casas (mallas de alambre en puertas y ventanas o pabellones para dormir), pues la picadura se presenta con mayor frecuencia dentro de los domicilios”, concluyó.