La Secretaría de la Defensa Nacional asignó un contrato por más de 612 millones de dólares, aproximadamente 11 mil 500 millones de pesos, a la empresa estadunidense Rapiscan Systems para la renovación y fortalecimiento de los equipos de revisión de las 21 aduanas del país.
De acuerdo con documentos del Ejército, esta compra forma parte del “proyecto integral para el reforzamiento de infraestructura y equipamiento de las 21 aduanas fronterizas”, con el cual se busca aumentar las capacidades de la dependencia en la detección de mercancía ilícita en los puntos fronterizos.
El consorcio en el que participó Rapiscan Systems era uno de los dos que concursaron por la totalidad del contrato junto al de las firmas mexicanas Cruant y LTP Global Software y la empresa Nuctech Company, esta última ligada al gobierno de China.
Dicha compañía asiática participó en la licitación a pesar de que uno los principales requerimientos del Ejército mexicano es que los equipos de inspección no intrusiva deben ser compatibles con los de la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), país que tiene vetadas a las empresas tecnológicas chinas.
Mientras que la firma estadounidense Rapiscan Systems contó con el respaldo del gobierno norteamericano, el cual durante varias semanas estuvo en contacto con la Secretaría de la Defensa Nacional para plantearle que adquiera los equipos de revisión a empresas de su país y no de China por razones de seguridad nacional.
Con la adjudicación del contrato, la firma norteamericana se encargará de suministrar e instalar 44 equipos de rayos x para la revisión de vehículos de carga, 70 portales para revisar vehículos ligeros, 18 para vehículos de carga vacíos y cuatro equipos más que serán utilizados para autobuses de pasajeros.
Presiones estadounidenses
La decisión del gobierno mexicano de revertir su inclinación inicial por adquirir los equipos a proveedores chinos, coronó una intensa campaña de cabildeo y presiones por parte de la administración del presidente Biden, bajo el argumento de que los equipos chinos representaban “preocupaciones significativas de seguridad nacional” para Estados Unidos.
“El tema de la tecnología china en la frontera (con México) lo estamos monitoreando y lo tomamos con mucha seriedad”, dijo en octubre pasado el secretario de Estado adjunto Todd Robinson. “En primer lugar, debido a que existen preocupaciones significativas de seguridad en relación con esa tecnología y de información de ida y vuelta entre Estados Unidos y México a través de esa tecnología. Les dejamos en claro (a los mexicanos) que eso no va a ocurrir”.
El diferendo llegó a las mesas del Diálogo de Seguridad de Alto Nivel México-Estados y el mensaje de Estados Unidos fue claro: Si México continuaba con su plan de comprar el equipo chino, estados Unidos dejaría de compartir con México información sensitiva a través los equipos aduanales de fabricación China.
La administración del presidente Biden conoció desde el año pasado que México planeaba adquirir a comprar escáneres para monitorear el contenido de carga y equipaje en la frontera con México, fabricado por la firma china Nuctech, qué ha sido señalada por sus supuestos lazos con el Partido Comunista chino
En ese momento México ya había comprado varios escáneres a la empresa china para ser ubicado en zonas fronterizas, con planes para asignar otros al nuevo aeropuerto Felipe Angeles y la refinería de Dos Bocas, entre otros puntos.
Ante las acciones de México, el tema fue elevado formalmente en una carta diplomática por el embajador de Estados Unidos en México Ken Salazar a la atención del secretario Mexicano de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard a quien le dejó en claro que Estados Unidos desconfiaba de la integridad de los datos transmitidas a través del equipo chino.
Desde la perspectiva de Estados Unidos, la instalación de los equipos chinos en la frontera con Estados Unidos tenía el potencial no solamente de afectar el comercio legítimo entre los dos socios del T-MEC, sino también afectar las acciones conjuntas contra el tráfico de precursores químicos, especialmente del fentanilo, así como en el combate al tráfico de armas
Debido a que el asunto tenía no solamente implicaciones de seguridad nacional sino económicas, en el sentido de qué los socios del acuerdo debían de dar preferencia a empresas tecnológicas de la región norteamericana, Canadá se sumó a la posición de Estados Unidos.
Cuatro contratos para fortalecer
Este contrato para la compra de equipos de revisión no intrusiva es el cuarto acuerdo que la dependencia a cargo del general Luis Cresencio Sandoval otorga para el reforzamiento de 21 aduanas fronterizas en lo que va del año.
El primero de estos contratos se adjudicó el 20 de enero cuando se determinó pagar más de 10 millones 600 mil dólares a la empresa Provetecnia para que suministre 66 arcos detectores de metales para la inspección de personas, 186 detectores portátiles, 169 equipos para detección de contrabando y 144 espejos de inspección vehicular.
El segundo contrato firmado por la institución castrense se formalizó el 25 de enero por dos monto de 40 millones 600 mil dólares y poco más de 6 millones de dólares para la firma Servicios de Ingeniería y Control Avanzado, y nuevamente la compañía Provetecnia.
Dicho acuerdo tiene la finalidad de que las empresas proporcionen al Ejército 14 laboratorios móviles de hidrocarburos y 33 analizadores portátiles de sustancias.
Mientras que el más reciente se firmó el 3 de febrero con las empresas Ingeniería Operativa y Provetecnia, a las que determinó pagarles más de 29 millones 700 mil dólares y 18 millones 600 mil dólares, respectivamente, a cambio de equipos de revisión de equipaje para las 21 aduanas.
Los equipos que compró la Sedena son 95 sistemas de inspección de equipaje, 45 para la revisión de palés de carga, además de 47 para el escaneo de personas por onda milimétrica
(milenio.com)