La eliminación del glifosato producirá un aumento en los costos de producción hasta en un 300 por ciento por hectárea y se reduciría la producción de alimentos entre un 20 y 40 por ciento, afectando especialmente a los pequeños productores de los estados más pobres del país, estimó Luis Eduardo González Cepeda, presidente de la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (UMFFAAC).
“La prohibición del glifosato podría incrementar hasta en 25 veces los costos en el control de la maleza. Deshierbar una hectárea con glifosato costaba típicamente alrededor de 160 pesos y hacerlo de forma manual costaría alrededor de 4 mil pesos para la misma extensión de terreno”.
González Cepeda destacó que el glifosato es el herbicida más barato y eficaz en el mercado y utilizado en más de 120 países, incluido los Estados Unidos y los miembros de la Unión Europea, por lo que el decreto del 31 de diciembre de 2020 para eliminar su uso de manera gradual en 2023, tendrá efectos desastrosos para el campo mexicano.
“Esta situación obligará a aumentar la importación de alimentos, alejándonos más del objetivo de lograr la autosuficiencia alimentaria, que el propio decreto busca lograr y aumentará la pobreza en el campo, pues los pequeños productores, al producir menos, tendrán menores ingresos para subsistir”, indicó.
Refirió que en la Encuesta Nacional Agropecuaria 2019, realizada por el INEGI, el principal problema que reportan los trabajadores del campo son los altos costos de insumos y servicios.
(milenio.com)