Para el empresario Carlos Slim Helú, el hombre más rico de México y de Latinoamérica, las grietas del combate a la pobreza y la marginación son la falta de educación y de empleo, dos grandes carencias que a su juicio ameritan una transformación “radical”.
Al margen de sus negocios, el fundador y presidente honorario vitalicio de Grupo Carso ve una gran área de oportunidad para cambiar la vida de las personas en una mezcla de pragmatismo y sentido común.
En foros, conferencias de prensa, charlas con académicos y otros espacios públicos en los que ha participado, el ingeniero Slim Helú ha hecho uso de la palabra para lanzar propuestas sobre cómo debería funcionar el mercado laboral y la educación, haciendo eco en los oídos de jóvenes y adultos que ven en él una figura aspiracional.
Lejos de querer aspirar a un cargo público (algo a lo que siempre se ha rehusado), lo que le realmente le preocupa al empresario es combatir la pobreza e “incorporar a la población marginada a la educación, salud y empleo cada vez mejor remunerado”, dijo la semana pasada en su discurso de recepción del premio Enrique V. Iglesias al desarrollo del Espacio Empresarial Iberoamericano.
Tesis, obsoleta
Una de las propuestas del ingeniero Slim Helú que más ruido ha causado, sobre todo en los más jóvenes, es la de eliminar de las universidades públicas la tesis y el examen profesional como requisito para la titulación.
En septiembre del año pasado, en una charla con su yerno Arturo Elías Ayub, director de alianzas estratégicas y contenidos de América Móvil, con motivo de la vigésima edición de México Siglo XXI, evento organizado por Fundación Telmex-Telcel para sus becarios, Slim calificó de “irreal” que en México siga existiendo la figura de la tesis.
“Para mí ha sido sorpresa desde hace varios años que en Estados Unidos estudian una carrera y acaban. Aquí en México, estudias una carrera y tienes que hacer una tesis y un examen profesional. Es irreal. Yo creo que si ya vació todas las materias durante el año debería recibir su título”, planteó.
Barreras como ésta, dijo, son heredadas de las organizaciones religiosas y militares, que le dieron a la educación un “carácter dogmático, de aprendizaje de memoria, no de razonamiento, de texto y no de contexto”.
Aunque para no escandalizar a la comunidad académica barajó la opción de que la tesis se haga durante los años que el estudiante cursa la universidad, o bien, reservarla para hacer una maestría o doctorado.
Con respecto a los cientos de miles de aspirantes que año con año quedan fuera de las universidades públicas del país, el magnate resaltó la importancia de las clases en línea como medida para que, por ejemplo, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) pueda ampliar su matrícula.
Una alternativa que se vio potencializada con el encierro provocado por la pandemia de covid-19; sin embargo, lamentó, en México sigue “muy atrás” la posibilidad de educar a millones de personas con clases no presenciales.
“La UNAM, a la que yo pertenezco, tiene 350 mil estudiantes, es muy difícil que pueda recibir a millones, ninguna universidad lo puede hacer. Pero podría, y es una de las cosas que creo que se harán pronto, tener clases en línea”, propuso.
Trabajar 12 horas tres días a la semana
Al otro lado del mundo, en España, Slim Helú se pronunció la semana pasada con respecto a la reducción de la jornada laboral, medida propuesta por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Sumar, ambos de extrema izquierda, y que calificó como “una tontería”.
La negativa del empresario cobró especial relevancia en México ya que una propuesta similar a la de la izquierda española, impulsada por la diputada morenista Susana Prieto Terrazas para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales, se encuentra actualmente pendiente en el Congreso.
Para Slim el problema no es el horario de trabajo, sino los días, pues considera que tiene mayor importancia dar cabida en el mercado laboral a un mayor número de trabajadores.
“Se debe trabajar tres días, doce horas diarias. Tres días para dar cabida a otras tres personas que trabajen los otros tres días”, dijo a la prensa tras participar en la XXVIII Reunión del Plenario de la Fundación Círculo de Montevideo.
Además de reducir los días de trabajo a la semana, Slim propuso aumentar la edad de jubilación a los 75 años, “no a los 65 ni a los 60”, como se establece en muchos países, incluyendo México.
El ingeniero sustentó su propuesta con el argumento de que cuando se establecieron los 65 años como la edad de jubilación la esperanza de vida de los trabajadores era justo esa, pero “ahora el que llega a los 60 años va a vivir hasta los 90 o 95″.
Asimismo, aseveró que en todos los países del mundo con políticas sociales de pensiones el pasivo provocado por la jubilación es muy alto, por encima de los recursos del Estado, “por eso es muy importante que el retiro no sea tan temprano”.
“La civilización se sustenta en el bienestar de los demás porque antes se explotaba la mano de obra, había esclavos; ahora es lo contrario, lo que se requiere es que las personas recapaciten, tengan educación, formación y trabajo bien remunerado”, señaló.
(milenio.com)