La llegada de Roberto Moreno a la titularidad de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional Anticorrupción (SESNA), el brazo técnico del sistema, trajo consigo nuevas ideas para impulsar el trabajo de la institución: combatir delitos de cuello rosa, crear y utilizar ciencia de datos y hasta comunicar la lucha contra la corrupción vía TikTok.
En entrevista con MILENIO, Moreno Herrera quien ya formaba parte de la Secretaría, asegura que es momento de que la institución madure, incursione en nuevos temas y comience a visibilizar los resultados tangibles del trabajo que ha venido desarrollando durante cinco años, cuando se creó.
La SESNA es el brazo operativo del Comité Coordinador del SNA: convoca a sesiones, da seguimiento a acuerdos y resoluciones, prepara anteproyectos y proyectos de trabajo, pero también, bajo el mandato del comité, tiene funciones creativas para mejorar el trabajo del sistema.
Por ejemplo, puede realizar estudios especializados en materias relacionadas con la prevención, detección y disuasión de hechos de corrupción y de faltas administrativas, proveer de insumos necesarios para elaborar propuestas o integrar sistemas de información para comunicar avances en la política nacional anticorrupción.
Por eso, en su discurso de postulación y en su plan de trabajo, propuso crear un laboratorio de anticorrupción y género para desarrollar investigaciones que permitan plantear intervenciones diferenciadas en temas como delitos de cuello rosa, justicia abierta o sextorsion.
Además, advirtió que uno de los principales retos que enfrentará será demostrar los “resultados visibles y tangibles” de la política anticorrupción, así como explotar la tecnología y la “ciencia de datos” al servicio de la lucha contra la corrupción.
Corrupción con un toque femenino
Entre las prácticas nocivas que fomentan la corrupción están, dice el secretario técnico, las amenazas que viven las mujeres cuando llegan a ciertos cargos públicos que las obligan a caer en actos deshonestos, en los llamados “delitos de cuello rosa”.
La propuesta de Moreno es crear un laboratorio de anticorrupción y género en el que se pueda estudiar a la corrupción desde otros puntos de vista, incluido el de las mujeres.
“Hay temáticas que le interesan mucho a los integrantes del Comité Coordinador, por ejemplo, la Fiscalía Especializada en Materia de Combate a la Corrupción está analizando todo lo que es extorsión sexual como un hecho de corrupción”, explica.
Moreno detalla que el laboratorio permitirá allegarse de la opinión y experiencia de organizaciones de la sociedad civil, del sector privado y de expertos en la materia para que propongan cómo incorporar esta perspectiva en los diferentes instrumentos técnicos de lucha anticorrupción.
“Los delitos de cuello rosa es exactamente este tipo de conceptos que queremos meter en este laboratorio, que son conceptos que todavía en México avanzan muy lentamente y de los que quisiéramos tener otro tipo de perspectiva; esto se estudia con cuestiones conductuales ante una percepción, a nivel mundial, de que la mujer es menos corrupta que el hombre, por cuestiones de conducta o a veces naturaleza”, dice.
“Se ha descubierto, en otros países del mundo, que no necesariamente cuando la mujer tiene las mismas oportunidades que el hombre puede tener el mismo comportamiento en cuestiones de corrupción”, explica.
El problema, dice el funcionario, “es que en México hay tan pocas oportunidades para la mujer que no nos hemos dado a la tarea de investigar si esto es cierto o no para México”.
Sin embargo, también existe una corrupción a la que las mujeres son forzadas, dice Moreno, por ejemplo, cuándo son responsables de contrataciones públicas.
“Se aprovechan de su vulnerabilidad, se promueve ese espacio para la mujer, pero se le amenaza o se le condiciona a que tiene que hacer esos actos de corrupción. Todo ese tipo de cuestiones son los delitos de cuello rosa. Hay que analizar los casos donde la mujer es condicionada para realizar un acto de corrupción porque obviamente están explotando cierta vulnerabilidad”, dice.
El secretario asegura que en países como Australia, Francia y Estados Unidos se han empezado a visualizar estos comportamientos conductuales.
“No tiene mucho, todos los demás países también empezaron con un efecto de diferenciación en cuestiones muy básicas hasta que, ahora, están pasando a este tipo de análisis más completos”, explica.
Una lucha con ciencia de datos
Durante los primeros cinco años de la SESNA, se trabajó para la construcción de la principal herramienta del sistema anticorrupción: la Plataforma Digital Nacional, que en teoría debe concentrar datos valiosos como declaraciones patrimoniales, sanciones a servidores públicos y ciudadanos, información sobre contratos y empresas, así como detalles de los funcionarios que participan en contrataciones.
Para Moreno, el siguiente paso es hacer “ciencia de datos” con la información de la Plataforma para luchar contra la corrupción. Es utilizar los datos, analizar algoritmos o modelos para beneficio del ciudadano.
“Te voy a poner un ejemplo: si yo veo con los datos de servidores públicos inhabilitados, bajo qué causas fue, qué perfiles tenían, yo puedo construir con esta cuestión de la ciencia de datos un perfil para que las instituciones públicas tengan cuidado si van a contratar a alguien muy similar. Esa es la ciencia de datos”, afirma.
“O yo puedo bajar todo un conjunto de datos sobre contrataciones públicas y analizar si existen redes o no de corrupción, cruzando, haciendo cuestiones de predicciones y en qué sectores son más vulnerables a un desvío o ciertas contrataciones que son de asignaciones directos y que nos pueden acercar a que se pueda consumar un hecho de esta índole. Esa es la ciencia de datos”, añade.
Es decir, no solamente tener una colección de datos descriptivos, sino ponerlos a trabar, cruzarlos y generar, por ejemplo, perfiles o focos rojos.
“Para que sepas ─dice─ si eres un servidor público o una empresa privada, qué empresas pueden ser las más peligrosas para contratar o descubrir redes de corrupción que no veíamos, pero a la hora que cruzas datos de las empresas, pueden estar con razones sociales muy similares y descubres la red”.
Incursionar en TikTok
Comunicar avances y resultados de la lucha anticorrupción es un reto que también Moreno se ha planteado.
“Siempre los temas anticorrupción, de integridad, que tienen que ver con corrupción e impunidad, son complicados de comunicar; no solamente sucede en México, sucede en el mundo”, afirma.
Por eso, asegura, “tenemos que evolucionar a una forma de decirle al ciudadano para qué somos útiles, por qué servimos, algo que no ha sido nada sencillo en estos años, pero que tenemos que tener inventiva para realizarlo”.
Y ve en la plataforma de TikTok una ventana para lograrlo: “hay un cambio de generación muy importante, la nueva generación ni siquiera ve algunas redes sociales, las redes sociales han cambiado de Twitter a TikTok y ahora tienes que tener más interacción, antes era subir un tuit y ahora tienes que hacer un video y eso es lo que tiene que hacer la Secretaría “.
Para Moreno, hay que aprovechar el cambio generacional y a esa nueva generación que entiende la comunicación diferente.
“Son la generación que están en la primaria y la secundaria a la que hay que inculcar estos temas, porque son los que el día de mañana se van a convertir en servidores públicos o van a trabajar en el sector privado”, dice.
“Hay que analizar cómo podemos aprovechar las nuevas redes sociales, cómo podemos aprovechar este boom generacional nuevo y empezar a vincularnos con ellos en otra temática, en otra lógica mediática y cómo hacer que estos temas los vayan ocupando del día al día no cómo un mensaje gubernamental sino más como una cuestión que pueden utilizar en su vida diaria”, comenta.
(milenio.com)