A nivel nacional, alrededor del 30 por ciento de los suelos que se utilizaron intensivamente para producir cultivos, tienen problemas en mayor o menor grado de salinización (salitramiento), por el uso de insumos de mala calidad como fertilizantes, que son sales que cada que se aplican se incorporan.
Mario García Carrillo, profesor investigador adscrito al Departamento de Suelos de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN), subrayó que el exceso de sales daña a la fertilidad de los suelos, por lo que los cultivos rinden menos.
La salinización de los suelos es un problema muy grave, es una degradación por efecto del exceso de sales solubles, con el resultado de que la tierra baja su capacidad productiva. Se trata de los suelos agrícolas bajo riego, que son los que por lo general la presentan.
“Es un fenómeno a nivel mundial que se inició con los distritos de riego, cuando se introdujo la agricultura intensiva, utilizando agua subterránea o de presas para riego, con esa intención empezó la salinización de los terrenos, es decir, el exceso de sales solubles acapara al suelo y afecta la capacidad productiva”, afirmó.
Ante esta situación, dijo que lo ideal como en todas las situaciones es prevenir los procesos de degradación.
“De hecho, uno de los aspectos que se han descuidado es la prevención, hacemos un uso excesivo de los recursos, de los insumos y del agua, con el ánimo de aumentar la productividad o el rendimiento de los cultivos, usamos agua subterránea y por ejemplo, aquí en el caso de la Comarca Lagunera, los pozos son cada vez más profundos, el agua es de mala calidad y estamos acumulando sales y algunos otros tóxicos, se habla de elementos pesados, como el arsénico que es un problema, entonces cada que echamos agua con esas sustancias, se la estamos agregando al suelo y el suelo es como una esponja, ahí se van acumulando y almacenando”, aseguró.
Arsénico, principal contaminante de suelos
Señaló que el principal metal o sustancia que daña el suelo es el arsénico, que es un metaloide, el cual es retenido por la tierra y redirigido a otras partes, como a las plantas y cultivos, los cuales absorben los contaminantes.
Expresó que el gobierno y sus instancias, como la Semarnat y la Conagua, deben regular la concentración de sal o en general, de elementos o compuestos nocivos dentro del agua y en los suelos. Si el suelo tiene malas propiedades físicas, esto propicia su acumulación, su almacenamiento y por lo tanto su salitramiento, el exceso de sales daña a la fertilidad de los suelos y los cultivos rinden menos.
Expresó que en un suelo con sal si se podría cultivar, pero no todos los cultivos, porque hay unos más resistentes, otros más sensibles o tolerantes y hay que tener conocimientos al respecto, porque por ejemplo, en el caso de los frutales, los cítricos son muy sensibles a la salinidad, entonces no se desarrollarán bien por el efecto de las sales.
Sin embargo, reveló que algunos cultivos como el melón, la sandía o el algodón, no son tan sensibles al exceso de sales y pueden desarrollarse adecuadamente. En algunos otros suelos que aparte de sales tienen PH elevado, la conjunción de ambos afecta la productividad de los cultivos. El frijol es muy sensible a los PH alcalinos y todos los otros elementos que pudiera tener el suelo, dañan a este cultivo.
“Las plantas todo lo absorben, es decir, si el suelo tiene un contaminante orgánico o inorgánico, la planta lo absorbe y después se integra a la cadena alimenticia”, aseveró.
“Siempre hemos creído que el suelo es un recurso ilimitado”
Los estudios e investigaciones que ha realizado como profesor investigador en la Universidad Antonio Narro están enfocados con el objetivo de ver cómo anda precisamente la calidad de los recursos naturales.
“En cómo anda la calidad del agua, cómo anda la calidad del suelo, si está contaminado el suelo, porque el recurso agua y el recurso suelo van de la mano, porque si el agua es de mala calidad el suelo se irá automáticamente degradando”, expuso.
Expresó que cuando hablan de los factores que afectan a la producción, siempre le damos más valor a un recurso que a otro y cuando se habla de la agricultura, el agua es el principal.
“Siempre se ha dicho que el agua es el factor que limita la frontera agrícola, el rendimiento de las plantas, y dejamos del lado a lo que es el suelo, siempre hemos manejado o creído que el suelo es un recurso ilimitado que abunda en nuestro planeta, pero poco a poco con el mal manejo de los suelos, se van degradando, se van volviendo poco productivos, al ser una constante, entonces irá perdiendo su capacidad productiva”, manifestó.
Concluyó diciendo que se deben cuidar los recursos naturales en general, sin descuidar el suelo, ya que se degrada por el sobrepastoreo, mal manejo, deforestación, agricultura intensiva, uso excesivo de fertilizantes, en general, uso agresivo de los insumos de insecticidas y fungicidas.
Antes se usó el DDT, insecticida que se dejó de utilizar a nivel mundial y en nuestro país, sin embargo, es tan persistente en el medio ambiente, que se dice que tienen una vida media de 50 años, lo que quiere decir que si se dejó de aplicar hace 20 años, todavía hay residuos del también llamado polvo de avión. Como no se degrada rápidamente, va cambiando a otro compuesto más tóxico que el original.
“En nuestro país y en nuestra región principalmente el polvo de avión se utilizó hace 30 a 40 años cuando el auge del algodón en nuestra Comarca Lagunera”, comentó.
(milenio.com)