» Conciencia, factor primordial para combatir con éxito a la obesidad

Esta nota fue creada el lunes, 29 junio, 2015 a las 20:39 hrs

La obesidad y el sobrepeso son un problema multifactorial que obedece principalmente a la falta de una verdadera conciencia de quien la padece y que se traduce en un desequilibrio entre lo que consume como alimento y quema con actividad física.

Así lo destacó la nutrióloga de la selección mexicana de fútbol y presidenta de la Federación Mexicana de Nutrición Deportiva, Beatriz Boullosa, al destacar el reto que representa para México enfrentar ese padecimiento de nuestros tiempos.

Destacó que la obesidad y el sobrepeso deben ser vistos desde todos los ángulos, y no sólo el de la salud, ya que este mal afecta a niveles económico, político, cultural y social.

En efecto, dijo, la obesidad causa padecimientos diversos como diabetes, hipertensión, triglicéridos altos, e incluso cáncer, pero a ello también se suman efectos económicos generados por el ausentismo de quienes tienen que reposar o acudir al médico por esa causa.

Asimismo, está el nivel de gastos que genera atender los trastornos causados por el sobrepeso o la obesidad, al tener que comprar medicamentos y tratamientos para hacerles frente.

Sin embargo, no toda la responsabilidad se debe atribuir a la alimentación, ya que hace un par de décadas o más los niños y jóvenes solían consumir los mismos niveles de grasas, azúcares y proteínas y no enfrentaban los mismos problemas de hoy.

Ello se debe principalmente a una falta de actividad física, y que desde luego no tiene que ver sólo con la decisión de hacer o no ejercicio, sino de que los niños jueguen más con actividades físicas y los adultos caminen y se muevan más por su propio pie.

Boullosa destacó que los tiempos modernos someten al ser humano a estrés y por lo mismo a diversas preocupaciones que no permiten hacer ese tipo de actividades recreativas, ya sea por falta de seguridad o de tiempo.

Advirtió que para enfrentar ese problema, se puede recurrir a medidas que en realidad resultan ser más sencillas de lo que parecen y que no necesariamente tienen que ver con fórmulas matemáticas o dietas rigurosas para calcular el consumo de calorías contra las que se queman.

El primer paso y el más importante es volver a tomar consciencia y parar esa mentalidad que lleva a decir que “mi hijo está gordito, pero está lindo y sano” o “si, tuve tres hijos y entonces es normal que tenga esta panza”, enfatizó.

Lo correcto es ser muy honesto consigo mismo y “mirarnos al espejo para reconocer que en efecto enfrentamos un problema de sobrepeso y obesidad, y para ello no necesitamos subirnos a la báscula”.

Una vez hecho esto, el siguiente paso es hacer conciencia de las causas que han llevado a la persona a tener sobrepeso, y que pueden ser desde el simple hecho de llevar una vida muy sedentaria o llevar una alimentación muy desordenada.

Al respecto, advirtió que el simple hecho de saltar un alimento o evitar el desayuno puede desencadenar un desequilibrio alimenticio que lleva a consumir de más en otros horarios, impidiendo al cuerpo llevar un ritmo natural y correcto.

Asimismo está el factor sueño, en donde el cuerpo, al no descansar las horas necesarias durmiendo, termina por buscar la manera de complementar esa falta de energía que sólo el sueño puede proporcionar y termina por hacerlo al consumir más calorías.

Es por ello que tras de hacer ese ejercicio de conciencia no se pretenda castigar al cuerpo sin pan, grasa, calorías o postre, porque ello a la larga puede resultar inservible.

Se trata de que quienes padecen sobrepeso u obesidad busquen la manera de equilibrar esos factores, para lo cual es muy importante “escuchar al cuerpo”, el cual por sí mismo puede indicar y avisa cuando nos sobrepasamos en algo o nos falta.

Asimismo, es necesario buscar equilibrar lo que se consume, sobre todo considerando que México tiene una de las culturas gastronómicas más ricas en grasas y calorías, además de ser una de las más deliciosas.

En efecto, dijo, una de las costumbres alimenticias más arraigadas es “que somos taqueros”. Y en efecto es algo muy arraigado en la cultura.

Sin embargo, la solución no es dejar de comer tacos, sino “hacer equilibro” y procurar no exceder el consumo de esos alimentos, para lo cual recomendó recurrir también a complementos sanos que ayuden a alcanzar un estado de saciedad.

Para ello se puede y se debe consumir sobre todo verduras verdes, ya que además de proporcionar fibras, vitaminas y nutrimentos, permiten la sensación de saciedad.

En pocas palabras, “si antes te comías 16 tacos, ahora procura comer la mitad, pero para que no se quede el vacío de los otros ocho que me faltan suma cebollitas, nopales o consomé de verduras. No se trata de ir por la vida pasando hambre, llorando y sufriendo.

Desde luego, criticó la actitud en la que a veces incurren los mexicanos al buscar “formulas mágicas” que permitan bajar de peso sin ejercicio o dejar de comer tan desequilibradamente como lo hacemos.

Por desgracia, dijo, “las mujeres somos las que más solemos caer en estas soluciones o productos milagro, al doctor más barato y a la fórmula mágica, y no nos damos cuenta de que eso nos afectará a nivel físico y emocional”.

Es por ello que insistió en que la mejor solución para hacer frente a esa enfermedad es aprender a escuchar al cuerpo, a respetar e identificar sus verdaderas necesidades y solicitar ayuda de nutriólogos profesionales.

En ese sentido, destacó que la mentalidad del mexicano es que recurrir a un nutriólogo resulta un gasto “caro”, cuando en realidad resultaría más costoso tener que atender enfermedades en el futuro por no haber invertido en la asesoría de un buen nutriólogo profesional.





           



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