Desde Guatemala, activistas a favor de los derechos de migrantes se pronunciaron en contra de las deportaciones aceleradas o deportaciones exprés que el gobierno de Joe Biden ha retomado en las últimas semanas de la mano de México, pues consideran que violentan sus derechos.
“Las restricciones y medidas drásticas impuestas por los gobiernos de Estados Unidos y México facilitan la implementación de devoluciones automáticas y violentan el derecho a solicitar protección internacional”, sostuvo el activista, Mauro Verzeletti, director de Casa del Migrante, en conferencia de prensa.
Verzeletti se dijo preocupado de que los gobiernos de la región centroamericana, principalmente Guatemala, Honduras y El Salvador, “se sumen a acciones que contradicen los marcos normativos nacionales e internacionales pues han recibido migrantes expulsados por las autoridades migratorias de Estados Unidos y México”.
Desde que la administración Biden retomó, a finales de julio, las expulsiones aceleradas de migrantes que ingresaron irregularmente a Estados Unidos, México ha colaborado en la logística para asegurarse que regresen a sus países.
MILENIO ha podido atestiguar, del martes a la fecha, la llegada a Tapachula, Chiapas, de cinco vuelos con migrantes expulsados de Estados Unidos, provenientes de lugares como Texas y California, algunos de los cuales, incluso, han hecho escala en Tijuana.
En estos vuelos viajan hombres, mujeres y niños, algunas familias completas, que tardaron semanas, e incluso meses, en cruzar la frontera norte, exponiéndose a las inclemencias del clima y la violencia de los grupos del crimen organizado que azoran la frontera, y en sólo cuestión de horas fueron retornados al sur de México, para que desde ahí regresen a casa.
“Está demasiado duro, son cinco intentos (de cruzar la frontera), la calamidad de pasar para allá, la gente dice una cosa y cuando llegas es totalmente diferente”, contó el miércoles en entrevista con MILENIO, Miguel Oviedo, un migrante deportado desde Arizona.
Tras bajar del avión son llevados a la central migratoria Siglo XXI, donde permanecen por algunas horas, después en grupos pequeños, mezclados en autobuses con los migrantes que el Instituto Nacional de Migración detuvo en México, son retornados al límite del territorio nacional, en Talismán, Tuxtla Chico, para cruzar a San Marcos, Guatemala, rumbo a su país de origen por sus propios medios, se ha podido documentar.
“A raíz de estas acciones manifestamos nuestra indignación ante la situación que viven los migrantes expulsados, quienes, deambulan a su suerte en la frontera sur entre Guatemala y México sin poder acceder a proyectos de inserción social lo que los deja en alta vulnerabilidad especialmente a niñas, niños, adolescentes y unidades familiares”, sostuvo al respecto Verzeletti.
(milenio.com)