El líder del extinto cartel de Guadalajara, Rafael Caro Quintero, se aferra con uñas y dientes para no ser extraditado a Estados Unidos.
A través de todas las herramientas que le brinda el estado para defenderse, El Capo de Capos, trazó, junto con sus abogados, una ruta jurídica para enfrentar las acusaciones que pesan en su contra en una cárcel de México.
El primer amparo que promovió fue ante un juzgado de Distrito contra la orden de extradición a Estados Unidos.
Fue la jueza Abigail Ocampo Álvarez le concedió el juicio de garantías para impedir su traslado al vecino país del norte, en tanto no se dicte sentencia del amparo.
El segundo amparo fue promovido por Carlos Enrique García, abogado privado que recientemente se integró al equipo de defensa de Caro Quintero.
La protección de la justicia federal es en contra de actos de incomunicación, toda vez que Caro Quintero no ha podido tener contacto con su familia ni con sus abogados.
En el escrito se mencionó como autoridad responsable al Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social del Centro Federal de Readaptación Social número 1, de Almoloya, Estado de México.
El último amparo que promovió Caro Quintero, y que resultó favorecedor, fue con el que pidió una intervención contra supuestos actos de tortura.
El juicio de garantías fue promovido por José Mora León, litigante famoso por representar a un importante número de internos del Penal de Almoloya.
El ex líder del cartel de Guadalajara acusó que no ha podido ver a su familia, y que también le han negado tener contacto con sus abogados.
Al mismo tiempo, señaló que ha sufrió violencia psicológica, malos tratos, abuso de autoridad, tortura y lesiones que pueden poner en peligro su vida.
Estados Unidos reclama a Rafael Caro Quintero, acusado del homicidio del ex agente de la DEA Enrique Camarena, en 1985.
Por estos hechos fueron sentenciados Rafael Caro Quintero, Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo, Don Neto.
(milenio.com)