La Cámara de Diputados aprobó reformas a la Ley General de Salud para que se incluya el autocuidado de la salud, así como los temas de automedicación y riesgos de autoprescripción.
En el dictamen que fue avalado por 363 votos a favor, 25 en contra y tres abstenciones, y turnado al Senado para su análisis, se considera que un sinnúmero de problemas de salud son tratados con uno o más fármacos de libre acceso como tratamiento primario o adyuvante a terapias mayores.
La modificación a esta legislación fue en la Fracción III del Artículo 112 y establece que se entenderá como automedicación al uso racional de los fármacos autorizados y por autoprescripción, así como al uso sin receta médica ni supervisión de medicamentos.
La automedicación no se considera dañina y refiere que los medicamentos de libre acceso pueden comprarse sin prescripción y en muchas ocasiones puede ahorrar tiempo y dinero a los usuarios, los cuales se usan para manejar o asistir en el manejo de más de 450 condiciones médicas.
Por ejemplo, en el tratamiento de cefaleas (dolor de cabeza) no migrañosas y pirosis (agruras), así como gripe común, rinitis alérgica (estacional o perenne), dismenorrea, fiebre, constipación o estreñimiento, diarrea y dermatitis por contacto, entre otras.
También se puede usar para disminuir síntomas menores y con ello evitar visitas triviales o innecesarias a consulta, con el consecuente ahorro económico.
Sin embargo, se aclara que la automedicación está lejos de ser una práctica totalmente segura, en particular en el caso de la automedicación no responsable.
Los riesgos potenciales de las prácticas de automedicación son: auto-diagnóstico incorrecto, los retrasos en la búsqueda de consulta médica cuando sea necesario, las reacciones adversas poco frecuentes pero graves y las interacciones con medicamentos que puedan ser peligrosos.
Asimismo, la manera incorrecta de administración, dosis incorrecta, la elección inadecuada de la terapia, el enmascarar una enfermedad grave y el riesgo de la dependencia, así como el abuso.
Asimismo la automedicación provoca retraso en la búsqueda de atención, la cual resulta en una paradójica pérdida económica debido a la demora en el diagnóstico de condiciones subyacentes y la adecuada administración de tratamiento.
En el texto aprobado se señaló que la reforma tiene “la finalidad de maximizar los beneficios y minimizar los riesgos en la materia, por lo que se sugieren estrategias que pueden funcionar a través de sistemas de vigilancia, asociación de pacientes, médicos y farmacéuticos”.
También para “la prestación de la educación e información a todos los interesados sobre la automedicación segura”.
Esta iniciativa se presentó el 23 de octubre de 2014 por los diputados Isaías Cortés Berumen, del Partido Acción Nacional (PAN); Rosalba Gualito Castañeda y Francisco Javier Fernández Clamont, del Revolucionario Institucional (PRI), así como Carla Alicia Padilla Ramos, del Verde Ecologista de México (PVEM).