Salvador Mejía, experto en prevención de lavado dinero y especialista en gobierno corporativo y anticorrupción, lo dice muy firme: “lo segundo más parecido a la corrupción es fingir que se está combatiendo a la corrupción”.
El aspirante a ocupar uno de los cuatro lugares del Comité de Participación Ciudadana (CPC) del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) denuncia que el proceso que se está llevando a cabo en estos días para elegir a quienes ocupen esos puestos vacantes tiene algo que huele a podrido.
Mejía acusa que fue descalificado del proceso con manipulaciones y mentiras y acusa directamente a Mauricio Reyna, un especialista en derecho sanitario, integrante de la comisión seleccionadora de perfiles anticorrupción, de haberlo agraviado en el proceso.
“Mi evaluación fue manipulada, claramente fue manipulada, por Mauricio Reyna”, reprocha Mejía en entrevista con MILENIO.
Este viernes, a las 3 de la tarde, la Comisión de Selección sesionará para elegir de entre ocho finalistas a los cuatro perfiles que ocuparán los espacios vacíos en el Comité de Participación Ciudadana del SNA.
El CPC es el componente ciudadano dentro del SNA y su presidente encabeza al mismo tiempo a todo el sistema. Debe tener cinco miembros y desde febrero tiene solo uno, lo cual lo hace inoperable. De ahí la relevancia de los nombramientos.
Aunque el momento de elegir a los cuatro integrantes que le hacen falta ha sido largamente esperado, el camino para llegar a él está lleno de irregularidades, sospechas, inconsistencias y simulaciones, acusan, en entrevista con MILENIO, dos de los que fueron descalificados en el camino sin que existan razones claras para haber sido descartados.
Salvador Mejía es uno de ellos. Y su enojo radica en que su perfil no fue tomado en cuenta, pese a la trayectoria que demostró tener con la documentación que presentó al inscribirse.
Es experto en prevención de delitos financieros, experto en prevención de lavado de dinero, abogado por la UNAM, maestro en Anticorrupción por la Universidad Panamericana, fue funcionario del Servicio de Administración Tributaria en el área antilavado, director antilavado de un banco y actualmente es vicepresidente de la Asociación Mexicana de Compliance y coordinador de Derecho Financiero y Bursátil de la Barra Mexicana de Abogados.
Un perfil, a decir de él, adecuado para atender temas de inteligencia financiera para combatir la corrupción y aportar su conocimiento al componente ciudadano del Sistema Nacional Anticorrupción.
Pese a su currículum, a Mejía lo descalificaron y no le notificaron que había sido descalificado, sino que él tuvo que buscar los resultados del procedimiento en una intrincada página de internet en la que, dice, no hay fácil acceso ni transparencia.
“Empiezo a revisar la evaluación, que estuvo a cargo de una persona de nombre Mauricio Reyna Lara, un -dicho en su perfil de Twitter- catedrático de la UNAM, especialista en temas de salud, derecho sanitario y ciudadanía; aquí es donde siguen surgiendo las preguntas, las suspicacias: ¿cómo es que este perfil calificó para ser alguien que pudiera determinar quién tiene y quién no tiene capacidades para determinar si sabe o no del tema anticorrupción? Empiezo a revisar mi cédula de evaluación a cargo de Mauricio Reyna y todo perfectamente mal hecho”, platica Mejía
En la evaluación, Mauricio Reyna, el único de los nueve integrantes de la Comisión de Selección que calificó a Mejía, desestimó toda la experiencia que expuso en su currículum, acusa el abogado, quien dice que lo peor fue que Reyna, incluso, incurrió en mentiras.
“El problema es cuando, ya esta persona, Mauricio Reyna, comienza a falsear información. Esa persona dice que ninguna organización de la sociedad civil apoyó mi candidatura, que nadie me propuso. Eso es una mentira digna de una carpeta de investigación. Mi candidatura está apoyada por la Barra Mexicana de Abogados, por Mexicanos contra la Corrupción y por la Asociación Mexicana de Afores. No por la asociación de vendedores de pepitas en el parque. ¡Estoy impulsado por señoras organizaciones perfectamente ubicables y de lo más respetadas y esta persona dice que no, que nadie me propuso!”, estalla Mejía en la entrevista.
“Si revisas el segundo documento, el segundo folder dentro de su perfil en la página de la Comisión de Selección, resulta ser que él pone en la cédula de ‘entregó’ y ‘no entregó’ que no hay ninguna candidatura en su favor. ¿Cómo es posible que diga eso cuando en mi perfil publicado por ellos están claramente los documentos escaneados con estas tres candidaturas? Es increíble”, reprocha.
Mejía acusa que el proceso está manchado y se convirtió en “una maniobra para favorecer a algún candidato y eso implica que muy probablemente está respondiendo a diversos intereses que no necesariamente son los mejores intereses para la mejor composición del CPC y no están los mejores intereses para el SNA”.
Y aunque Salvador Mejía ha señalado públicamente, en redes sociales, a Mauricio Reyna, éste no responde las acusaciones.
“Mauricio Reyna mintió descaradamente y lo que me preocupa es que todos los demás comisionados guardaron silencio, no hubo uno que levantara la voz; no obstante que con los medios a mi alcance, es decir, redes sociales, les informé en todo momento lo que estaba ocurriendo, no obtuve respuesta por parte de ellos. Ningún integrante, aparte de esto, ningún integrante del SNA se pronunció en público. ¿Esto es o no es corrupción? Mauricio Reyna es hora en que tampoco responde mis señalamientos y creo firmemente que lo segundo más parecido a la corrupción es el fingir que se está combatiendo a la corrupción. Mi evaluación fue manipulada, claramente fue manipulada por Mauricio Reyna”, asegura.
“O es dolo o es ignorancia absoluta. Incluso dentro de la cédula de verificación de la información proporcionada, incluso Mauricio Reyna se equivocó en mi segundo apellido, no sé si sea una absoluta falta de capacidad, lo cual nos llevaría a preguntarnos cómo diablos es que llegó a obtener esta posición, o fue un dolo absoluto”, agrega.
Pese a la inconformidad, por la premura con la que el proceso avanza ya, Mejía considera que un amparo no servirá para resarcir las afectaciones que ha sufrido, pero sí dice que es necesario alzar la voz públicamente para “mostrarle a la ciudadanía, lo que yo considero que son manejos oscuros o manejos indebidos por parte de la Comisión de Selección”.
“No quiero pensar en la mala fe, pero…”
Uno más de los inconformes decidió tomar una vía jurídica distinta y sí decidió buscar un amparo.
En entrevista con MILENIO, pide no difundir su nombre para no caer en protagonismos, pero sí pide dar luz sobre “las irregularidades del proceso para que estos errores no se vuelvan a repetir y en la medida de lo posible, se enmienden los errores cometidos en esta ocasión”.
Este aspirante también fue descalificado porque supuestamente las cartas de postulación no contenían las dos firmas que se solicitaban.
“El fin de semana pasado se publican las evaluaciones y veo que fui descalificado no por todos, sino por algunos de los comisionados, porque dice ‘no presenta la carta firmada’. Yo presenté cuatro cartas de postulación y las cuatro firmadas por las personas que me están postulando: de Coparmex, del CIDE, de la UNAM y de la Cámara del Cemento. El formato de la carta traía dos apartados para la firma. Dos de los que me postularon decidieron firmar la carta en un solo campo. Aun suponiendo que esas dos cartas no sirvan, tienes otras dos y el requisito mínimo era una”, argumenta.
“Yendo más allá: el caso del requisito secundario de la segunda firma en la carta, incluso la propia carta, no son requisitos de ley, son requisitos secundarios establecidos en la convocatoria. Yo, en mi inscripción en el proceso, en los documentos enviados al proceso acreditó todos los requisitos que establece la ley, hay requisitos de elegibilidad que establece la ley. No solamente me eliminan por un requisito secundario, sino que no es cierto que no haya cumplido con ese requisito”, reclama el aspirante.
Él sí decidió recurrir a un amparo, el cual no ha generado aún una suspensión provisional, pero el camino puede ser largo.
Explica que los efectos pudieran ser, en primer lugar, que el juez ordene que se le entreviste y se le evalúe nuevamente o que hubiera una suspensión provisional del proceso en tanto se resuelve el amparo presentado, pero también puede no existir una suspensión provisional y en su momento, cuando se dicte sentencia definitiva, que el juez ordene que se reponga el proceso.
“Pero en última instancia lo que busco es dejar un precedente de que el proceso no fue bien llevado, dejar un antecedente de que hubo irregularidades para que en adelante se aprenda de esta experiencia, para que no se vuelvan a cometer los mismos errores porque quienes nos inscribimos en este tipo de procesos, en general, somos personas serias, somos personas profesionales que merecemos ser tratados con la misma seriedad y profesionalismo y en este caso no fue así”, reclama.
Para él, el proceso no lo tiene satisfecho ni conforme no porque no lo hayan seleccionado para entrevista, sino por la forma en que fue llevado.
“Uno puede ganar, uno puede perder, pero las formas en este tipo de procesos son muy importantes, respetar la comunicación directa, informar con oportunidad, dar absoluta transparencia, revisar los documentos y verificar con dos o tres revisiones para que no haya errores porque estos errores hacen que quede gente fuera”, dice.
“No quiero pensar en que hubo mala fe, pero sí está muy claro un descuido, una poco dedicación a diseñar un proceso de manera previa, paso por paso, muy minucioso y detallado, con responsables y documentos, para comunicar las decisiones; con todo el tiempo que tuvo la Comisión para diseñar la convocatoria y el procedimiento, al final termina siendo algo que parece hecho al vapor desde su diseño y en su ejecución”, acusa el inconforme.
(milenio.com)