Washington.- La ingesta de alcohol en América se incrementó de manera nociva durante los pasados cinco años y ahora es la región con el segundo mayor consumo por cápita del mundo, después de Europa, reveló hoy la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Al presentar este lunes su primer informe sobre la situación regional del consumo de alcohol y la salud en las Américas, la OPS abogó por medidas para limitar la disponibilidad, restringir la comercialización e inhibir su consumo mediante la imposición de mayores impuestos.
De acuerdo con el mismo, el porcentaje de bebedores hombres en América que consumen entre cuatro o cinco bebidas alcohólicas al menos una vez cada mes, pasó de casi el 18 a casi el 30 por ciento entre 2005 y 2010, en tanto que entre las mujeres pasó de 4.6 al 13 por ciento.
Aún más, 22 por ciento de los bebedores consumen alcohol en niveles excesivos, por encima del promedio mundial de 16 por ciento, siendo Paraguay, San Cristóbal y Nevis, Dominica, Venezuela y Trinidad y Tobago los que registran las mayores tasas.
La OPS dijo que la dimensión del problema se agranda cuando se tiene en cuenta que el 10 por ciento de los consumidores de alcohol ingiere, en promedio, más del 40 por ciento del total del alcohol que se consume en las Américas.
Se estima que alrededor del 6.0 por ciento de los habitantes de la región padecen algún trastorno relacionado con el consumo de alcohol.
Maristela Monteiro, asesora principal en abuso de sustancias y alcohol de la OPS, dijo que el aumento en el consumo problemático de alcohol puede adjudicarse a su alta disponibilidad en los países de la región, bajo precio y enorme promoción y publicidad.
“Cualquier consumo de alcohol tiene un riesgo para la salud. El consumo frecuente puede llevar a la dependencia”, advirtió.
El uso nocivo de alcohol en las Américas contribuyó con la muerte de alrededor de 300 mil personas en 2012, de las cuales, más de 80 mil no habrían fallecido si no hubiese intermediado el alcohol, indicó la dependencia.
El consumo de alcohol contribuye a más de 200 enfermedades, incluyendo la cirrosis hepática y algunos tipos de cáncer, y hace que las personas sean más susceptibles y menos adherentes al tratamiento de enfermedades infecciosas como el VIH y tuberculosis.
Frente a está situación la OPS se pronunció por medidas para reducir el consumo, incluyendo el alza de impuestos al alcohol, establecer una edad mínima para la compra y venta, así como para su consumo, y restricciones en horarios y locales de venta.