Varsovia.- Sevilla defendió con éxito su trono en la Europa League tras vencer 3-2 al Dnipro Dnipropetrovsk en la final disputada en el estadio Narodowy, con lo que capturó su cuarto trofeo y se colocó como máximo ganador en la historia del certamen.
El cuadro andaluz rompió la paridad que tenía con Liverpool, Juventus e Inter de Milán y demostró que esta competencia le viene como anillo al dedo pues sus cuatro celebraciones han sido en la última década.
El camino de los sevillanos, desde la fase de grupos, fue impecable con marca de 11-3-1, en especial con sendas eliminatorias contra Villarreal y Fiorentina en las que terminaron por consolidarse como principales favoritos.
Con la mancuerna perfecta entre los goles del colombiano Carlos Bacca y las asistencias de Aleix Vidal, el conjunto de Unai Emery permitió que sus aficionados estallaran de júbilo, tal como ocurrió en 2006, 2007 y 2014.
Pero a pesar de su poderío, esta vez los “rojiblancos” tuvieron que exprimir al máximo su potencial ante el combinado ucraniano que no tenía nada que perder y que más allá de las dificultades extra cancha, le dieron una alegría a sus seguidores con este avance inédito.
Tan sólo a los siete minutos de tiempo corrido, Dnipro dio el primer golpe con tanto del croata Nikola Kalinic, aunque en lugar de motivarlos, los pupilos de Myron Markevych apostaron por el contragolpe y permitieron que el club español llegara cuantas veces quiso.
Tanto fue “el cántaro al agua”, que Sevilla encontró la recompensa al 28, con el empate 1-1 cortesía del polaco Grzegorz Krychowiak y, en un abrir y cerrar de ojos, Bacca se hizo presente para poner el 2-1 en favor del monarca defensor al 31.
Los dirigidos por Emery dispusieron de más ocasiones para ampliar la pizarra y finiquitar el encuentro, pero a un minuto de que las escuadras se retiraran a los vestidores, Ruslan Rotan le devolvió la vida a sus compañeros y consiguió el 2-2.
Conscientes de que el título se definía en este único enfrentamiento, ambos equipos salieron a matar o morir para la parte complementaria y justo cuando se vislumbraba la posibilidad de un hipotético alargue, volvió a la carga el artillero “cafetero” para firmar el 3-2 que perduró hasta el silbatazo final.
Cuando Dnipro se vio abajo en el tanteador por segunda ocasión, la desesperación comenzó a invadir a sus jugadores y más que ocasiones francas de igualar, fabricaron faltas dignas de amonestación.
Tras ese lapso de indisciplina, Dnipropetrovsk hizo un último esfuerzo por meter el tercero, pero los sevillanos soportaron ese último envión del rival para que al cabo de 90 minutos, una explosión de papelitos rojos y blancos invadieran el terreno de juego.
Como “cereza en el pastel”, al término del encuentro, la Unión de Asociaciones de Futbol Europeas (UEFA) reconoció al argentino Éver Banega como Jugador Más Valioso, por los 89 minutos de gran nivel que ofreció en territorio polaco.