El desbalance entre las relaciones laborales, familiares y sociales se vive en México, 30 por ciento de las personas ocupadas tuvieron una jornada de trabajo en promedio mayor a 48 horas semanales, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Ocupación y Empleo (ENOE).
Lo anterior contrasta con que la población de 12 años y más dedicó, en promedio, 8.1 horas semanales a la convivencia familiar y social, 8.6 horas las mujeres y 7.6 horas los hombres, de acuerdo con cifras a 2019 de la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El Inegi dio a conocer estas cifras en el marco del Día Nacional del Balance Trabajo-Familia el próximo primero de junio. El objetivo es fomentar la conciliación entre la vida personal y laboral.
Este equilibrio es tanto una dimensión clave del Marco de Bienestar de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) como elemento indispensable para que toda persona que trabaje, disfrute de una buena calidad de vida.
Dormir, la principal actividad
De acuerdo con la ENUT 2019, la principal actividad a la que se le dedica tiempo es a dormir: su promedio semanal resultó de 52.8 horas —aproximadamente 7.5 horas al día para la población de estudio—. Al desagregar la información por sexo, las mujeres dedican 53.2 horas a la semana a esta actividad; los hombres, 52.3 horas.
El Inegi también destacó la disparidad en cuanto a trabajo no remunerado de género en cuanto al trabajo no remunerado, la población ocupada y la brecha salarial qué prevalece entre hombres y mujeres.
Labores domésticas
En 2021, el valor económico de las labores domésticas y de cuidados que realizan las personas de 12 años y más fue de 6.8 billones de pesos, lo que equivale a 26.3 por ciento del producto interno bruto (PIB) nacional y es más representativo de las mujeres.
De acuerdo con la ENUT 2019, la población de 12 años y más dedicó, en promedio, 21.9 horas semanales al trabajo doméstico no remunerado para el hogar. Al desagregar por sexo, las mujeres dedicaron, en promedio, 30.8 horas a la semana a la realización de estas actividades; los hombres, 11.6 horas: la brecha fue de 19.2 horas.
El trabajo doméstico no remunerado que se realiza para el propio hogar incluye actividades como la preparación y servicio de alimentos, limpieza de la vivienda, cuidado de ropa y calzado, mantenimiento, instalación y reparaciones menores de algunos bienes del hogar, compras, pagos, trámites, así como la gestión y administración del hogar.
El Inegi destacó que las condiciones laborales dignas son indispensables para un balance adecuado entre el trabajo y la familia; sin embargo, la duración de la jornada laboral condiciona la disponibilidad de tiempo de la población trabajadora para dedicarlo a las responsabilidades familiares, labores domésticas, de cuidados, tiempo de convivencia social, tiempo para el autocuidado y para la recreación.
(milenio.com)