Washington.- Las remesas monetarias enviadas de Estados Unidos a América Latina y el Caribe alcanzaron los 62.3 mil millones de dólares en 2014, un aumento del 4.0 por ciento respecto al año anterior, según un reporte dado a conocer hoy aquí.
El crecimiento corresponde en especial a México y Centroamérica y “en particular al incremento de la inmigración, a la disminución de la tasa de desempleo y a que hay una mayor frecuencia y cantidad en el envío de remesas”, dijo Manuel Orozco, coautor del informe.
El reporte Tendencias en Remesas a América Latina y el Caribe 2014 fue presentado en el centro de investigaciones Diálogo Interamericano, en la capital estadunidense.
El estudio destacó que el envío de dinero constituye una fuerza económica mayor en la región, donde muchos hogares dependen de ellos para ayudar a cubrir gastos de alimentación, vivienda, educación y salud.
De acuerdo con Orozco, el cambio en la política de Estados Unidos hacia Cuba tendrá una gran incidencia en el incremento de envíos de dinero a la isla caribeña.
“Nosotros estimamos que en dos o tres años el volumen de remesas va a duplicarse”, remarcó el experto en flujos de dinero, migración y desarrollo.
Calculó que en ese plazo aumentará de 50 a 60 por ciento de número de cubanos que enviarán dinero a su país de origen, luego que en diciembre pasado, el presidente Barack Obama autorizó aumentar los envíos de mil 500 a dos mil 400 dólares.
Con ello, el dinero remitido a Cuba pasaría de 770 mil millones de dólares a más de mil 400 millones de dólares en 2016.
Según el reporte, en la actualidad los cubanos reciben del exterior 60 por ciento de su ingreso total, de alrededor de dos mil dólares.
“Un incremento en la remesas generaría una fuerte demanda de alimentos y artículos domésticos, que estimularían la productividad económica y el comercio internacional”, agregó.
El informe indica que las remesas monetarias crecieron el año pasado en Haití (34.8 por ciento), Honduras (12.5), Guatemala (9.0), El Salvador (6.7) y Nicaragua (5.8), mientras que se registraron reducciones en Brasil (33.8 por ciento), Paraguay (17.6) y Colombia (15.0).