La Unión Industrial del Estado de México (Unidem) consideró que el retroceso al semáforo naranja en la capital del país y la entidad era una medida obligada ante los altos niveles de contagio de covid-19, para reducir riesgos, tratar de evitar en lo posible el semáforo rojo y con ello ocasionar otra grave afectación a la economía y al empleo.
Francisco Cuevas Dobarganes, dirigente de la agrupación, aseguró que los empresarios respaldan al Gobierno Federal y a los estatales para que vayan adoptando medidas restrictivas acorde con los riegos que implica la pandemia, esto con la idea de evitar al máximo un retorno al semáforo rojo, y comentó que por el momento no hay restricciones para la operación del sector industrial.
Comentó que los niveles de contagio que diariamente han rebasado los 6 mil y han llegado incluso hasta los 16 mil, significa que hay una clara tendencia a la alza, y ello puede significar que el pico de este nuevo rebrote sea mayor al registrado a principios de año.
“El problema, no son los datos que se reportan, sino la gran cantidad de personas que ya están contagiadas, no lo saben y están transmitiendo el virus a sus contactos”.
Consideró que fue una buena decisión las nuevas medidas anunciadas y sobre todo, que se hayan tomado de forma conjunta entre la CdMx y el Estado de México, pues no es correcto ni justo que de un lado si haya restricciones y del otro lado no, pues sólo son metros los que separan a muchos municipios y alcaldías de la zona metropolitana de la Ciudad de México.
“Si no hay restricciones de un lado y del otro sí, hacen que las familias se muevan más, se concentren más y en consecuencia haya más contagios, entonces es prudente y acertado que las dos entidades vayan a la par”, apuntó.
Es duro pensar en el retroceso en el semáforo
Reconoció que aunque es duro pensar que el semáforo epidemiológico vaya hacia atrás, es algo que está ocurriendo en casi todos los países, pues se están dando casos de segundos y hasta terceros rebrotes, pero la diferencia es que ahora ya están vacunados los adultos de más de 50, algunos de 40, y ya se empieza con los de más de 30 años, lo que hará que los índices de mortalidad en función de la gente que se contagia, sean mucho más bajos.
“Sin embargo, es bueno que haya más restricciones, sí es oportuno que se le llame la atención a la población, en el sentido de dar un color más restrictivo, porque eso hace que la gente tenga más miedo, es bueno que se bajen los aforos, porque eso hace que haya menos concentración, más distanciamiento y bajen los riesgos de contagio. También es oportuno señalar que en consecuencia, disminuye la movilidad al haber menor concentración en el transporte, que es donde hay más aproximación entre las personas”.
Sostuvo que con el semáforo naranja las restricciones ahora sí son más duras, pues al pasar del verde al amarillo no hubo cambios en los aforos, y la gente se siguió comportando igual, pero ahora al haber una reducción al 50 por ciento en las instalaciones de empresas del ramo comercial y de servicios, por un lado habrán menores riesgos de contagio y por el otro, se permitirá que las empresas sigan operando sin poner en riesgo su viabilidad o el empleo.
Se debe evitar el semáforo rojo
Remarcó que se debe evitar un retorno al semáforo rojo y que “no queremos llegar ahí porque en ese caso, a algunas empresas del ramo industrial no esenciales, no se les va a permitir trabajar y algunas comerciales y de servicios tendrían que cerrar, y en ese caso, la afectación a la actividad económica y al empleo sería devastador”.
Francisco Cuevas hizo un llamado a la población, y es especial a las personas jóvenes, para evitar organizar eventos que tengan concentración de personas sin medidas sanitarias.
“Nos encontramos en un proceso de vacunación que nos permitirá en unos 4 o 5 meses lograr la “inmunidad de rebaño”, sólo es cuestión de aguantar algunas semanas más; los riesgos siguen siendo muy elevados y al desesperarnos, sólo contribuimos a empeorar la situación”, concluyó el industrial.
(milenio.com)