El presupuesto educativo que se propone para 2023 pone el acento en programas de subsidios.
El proyecto de presupuesto asigna 402 mil 276 millones de pesos a educación, lo que representa un aumento de 5.1 por ciento respecto a lo aprobado para este año.
¿Pero dónde están concentrados?
El programa La Escuela es Nuestra recibirá 6 de cada 10 pesos del presupuesto, al pasar de 14 mil 662 a 27 mil 735 millones de pesos, lo que representa un incremento de 85 por ciento para una estrategia con una cobertura de 47 por ciento de los planteles de educación básica del país.
Además, explica Marco A. Fernández, investigador de México Evalúa y el Tecnológico de Monterrey, concentra recursos en un programa en el que la Auditoría Superior de la Federación ha acreditado opacidad y deficiente cumplimiento de objetivos.
Para el Programa de Apoyos a Centros y Organizaciones de Educación se proponen 9 mil 725 millones de pesos. En 2019 le fueron asignados 728 millones, pero ejerció 29 mil 820 millones de pesos, al ser creado por esta administración.
La nómina subsidiada de los estados debe ser pagada con recursos del Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo (FONE) y deben reportarse cada trimestre con el comprobante de nómina; pero existe el Programa de Apoyos a Centros y Organizaciones de educación, que de acuerdo con los especialistas, podría usarse para continuar con el pago indebido de personas relacionadas con los sindicatos pero que no ejercen actividades de docentes.
El tercer programa con ampliación de recursos es la Beca Universal para estudiantes de educación media superior Benito Juárez. Registra un aumento de 5.5 por ciento, al pasar de 34 mil 500 millones de pesos a 37 mil 554 millones de pesos.
“Las becas de media superior han demostrado a lo largo del sexenio el gran fracaso en términos de mantener o incrementar los estudiantes en las aulas. no hay seguimiento a las trayectorias educativas, además los apoyos no están acompañados de tutorías. Pero incrementar estos apoyos tiene lógica porque se trata de jóvenes que ya podrán acudir a las urnas en la siguiente elección”, advirtió Fernández.
Asimismo, ante los retos para enfrentar los rezagos educativos, el pilotaje de un nuevo modelo educativo y contener socioemocionalmente a los estudiantes, el presupuesto para los docentes queda muy castigado.
Los mil 056 millones de pesos que se proponen para el desarrollo profesional docente representan el 79 por ciento menos de lo que se asignaba en 2018; esto significa 195 pesos por docente de educación básica y media superior.
“En la propuesta presupuestal no se propone una partida especial para financiar programas de tutorías o de acompañamiento docente para alcanzar aprendizajes que no se desarrollaron en dos años de educación a distancia. Más allá de que la SEP diga que todos y todas a la escuela, en el presupuesto no hay recursos etiquetados para hacer efectivas acciones para recuperar al millón 698 mil estudiantes menos que hoy hay en las aulas en comparación a cuando comenzó el sexenio”, indicó.
Pese a que la ASF le ha señalado opacidad y deficiencias en sus resultados, al programa de Universidades para el Bienestar Benito Juárez García, se le propone una asignación de mil 476 millones de pesos, lo que equivale un incremento de 37. 3 por ciento.
“Es un programa al que se le destinan recursos pero es conocida su opacidad, no hay resultados, no sabemos dónde están, nos gustaría conocer mejor qué está pasando con el desarrollo de estas universidades. Por ejemplo, conocer a fondo los planes de estudio, el número de docentes que están contratados en cada uno de los planteles y todo lo que sabemos es más por anécdotas de estudiantes cuando se atreven a comentarlo públicamente, porque eso es otro tema, reciben una beca y tampoco quieren poner en riesgo ese ingreso”, señaló Alma Maldonado, investigadora en educación del CINVESTAV.
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) ha expuesto que México tiene una crisis educativa en la que se estima que niñas, niños y jóvenes perdieron aprendizajes equivalentes a dos años de escolaridad y por lo menos 628 mil personas entre 6 y 17 años interrumpieron sus estudios.
Para los especialistas, el educativo “es un presupuesto en el que la autoridad pretende que no haya una crisis derivada de la pandemia, se destinan recursos a programas que han mostrado que tienen programas serios de operación y limitantes muy importantes en términos de la educación. Es un presupuesto que sigue una lógica político electoral y clientelar por la manera en que destina los recursos y a quien los destina”, sentenció Fernández.
(milenio.com)