Para revertir los bajos niveles de productividad en México es necesario diseñar o adoptar nuevos modelos educativos, como el sistema dual de Alemania, que facilita la inserción laboral desde la formación profesional, propuso el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
La vicepresidenta del Comité Técnico del IMEF, Martha Beatriz Valderrama Sánchez, dijo que México se ubica entre los países donde se trabaja más tiempo, con un promedio de 48 horas por semana, mientras en América Latina es de 45 horas y en Europa entre 30 y 35 horas.
Sin embargo, expuso, comparado con estas regiones, la productividad del país es muy baja, con una tasa promedio negativa de 0.7 por ciento anual en los últimos 30 años, lo que ha incidido en el bajo crecimiento económico del país durante ese mismo periodo.
La también académica de la Universidad de las Américas subrayó que cualquier nación que quiera ser competitivo en el actual entorno de globalización debe tener productividad, elemento esencial para lograr un alto crecimiento económico.
Consideró que los tres elementos básicos para que un país tenga desarrollo económico son la salud, la educación y el trabajo, y planteó que si México logra niveles óptimos en estas áreas “podría repuntar y tener un mejor posicionamiento económico”.
Precisó que si bien las reformas estructurales aprobadas contribuirán a elevar la productividad, sobre todo la educativa, esto no será en el corto plazo, sino probablemente dentro de 10 o 15 años, cuando las nuevas generaciones ya se inserten en el ámbito laboral.
Así, planteó que para incrementar la productividad laboral del país se requiere mayor inversión en entrenamiento, capacitación y formación, toda vez que el nivel educativo es muy bajo y eso se refleja en que los estados con mayor retraso en la materia tienen la productividad más baja.
Actualmente, los sectores educativo y empresarial están desvinculados y se diseñan planes de estudio que no contemplan las competencias necesarias para los requerimientos que las firmas productivas, comerciales y de servicio demanda de su talento, expuso.
La especialista en capital humano consideró necesario impulsar nuevos modelos educativos en México para aumentar la productividad laboral, los cuales debe construirse a partir de una mayor vinculación entre el sector productivo y las instituciones educativas para actualizar los planes de estudio con base en necesidades del mercado laboral.
Asimismo, abundó, podría considerarse la adopción de modelos internacionales exitosos, como el sistema dual de Alemania, el cual facilita la inserción laboral desde la formación profesional, contribuyendo de forma casi inmediata a la productividad laboral.
Explicó que dicho modelo consiste en que la formación profesional se realiza en 50 por ciento de manera teórica en las escuelas, y el otro 50 por ciento con experiencias prácticas en las empresas, lo que permite una transición satisfactoria al mundo laboral.
De acuerdo con Valderrama Sánchez, la subsecretaría de Educación Media Superior de la Secretaría de Educación Pública (SEP) ya da los primeros pasos para implementar en México el sistema dual alemán de formación profesional, cuyos frutos podrían verse en la próxima década.
Admitió que aunque este modelo está más enfocado a carreras técnicas, “si algo nos hace falta en México son buenos técnicos”, por lo que su establecimiento o “tropicalización” en México podría resultar exitoso para incrementar la productividad del país.
Para adoptar nuevos modelos educativos como el sistema dual de Alemania, planteó la posibilidad de lograr un acuerdo intersecretarial entre la SEP y la Secretaría del Trabajo en el que, según la carrera, se cumpla no sólo con el servicio social sino también se establezca la práctica profesional.
Además, subrayó, un cimiento para la productividad es una correcta orientación vocacional, pues permitiría canalizar a los futuros talentos hacia actividades donde realmente sean los mejores y más exitosos, para evitar tener trabajadores o profesionistas frustrados.
La también coordinadora de la Maestría en Dirección Estratégica de Capital Humano de la Universidad Anáhuac del Sur sostuvo que para mejorar la productividad del país es necesario invertir en entrenamiento y capacitación de los trabajadores, pero también en su desarrollo humano.
Advirtió que hay factores psicosociales del trabajador que también afectan su productividad, como son estrés laboral, acoso en el trabajo o “mobbing” y el síndrome de “burnout”, caracterizado por un agotamiento físico y mental a causa de las labores que realizan.
Para evitar estos aspectos que inciden en la salud psicoemocional del trabajador, enfatizó en la importancia de cuidar el clima organizacional de las empresas y la calidad de vida de los trabajadores.