Con el propósito de que sean órganos realmente abiertos y tengan avances en materia de transparencia, rendición de cuentas y participación ciudadana, es importante contar con un plan de acción que permita transformar a las 34 instituciones legislativas del país.
De acuerdo con el director general de Transparencia Mexicana, Eduardo Bohórquez, se requiere integrar una hoja de ruta para transformar a los 31 congresos locales, a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, a la Cámara de Diputados y al Senado de la República.
En el marco de la presentación del Diagnóstico sobre el Parlamento Abierto en México, destacó la importancia de que esa transformación sea en el menor tiempo posible, pues existe un rezago en materia de apertura.
Refirió que seis de cada 10 mexicanos desconoce el partido que lo representa en el Congreso y siete no se siente representados por su legislador, lo que muestra -dijo- la brecha que existe entre la sociedad y sus representantes populares.
La Alianza para el Parlamento Abierto (APA), integrada por 12 instituciones sociales, realizó un diagnóstico para evaluar y conocer el grado apertura de las 34 instituciones legislativas del país.
Entre los resultados están que los congresos en México carecen de los elementos mínimos en materia de transparencia, rendición de cuentas, participación ciudadana y uso de tecnologías de la información.
Para este diagnóstico, que evalúa la transparencia, accesibilidad, cercanía con la ciudadanía y proactividad en la rendición de cuentas de los 34 cuerpos legislativos del país, se definieron 10 principios a partir de los cuales se construyeron 95 indicadores para evaluar el cumplimiento.
De los 10 principios evaluados, los que más se cumplen son Derecho a la información con 84 por ciento, Accesibilidad y difusión con 60 por ciento, e Información parlamentaria con 58 por ciento en promedio.
En contraste, los principios que menos se cumplen son los de Datos abiertos con 0.3 por ciento, Legislar a favor de gobierno abierto con 3.0 por ciento y Conflictos de interés con 16 por ciento en promedio.
Los principales hallazgos del diagnóstico son que, aunque el tema se encuentra en la agenda pública desde hace más de una década, existen en la actualidad congresos que no observan elementos mínimos de transparencia y rendición de cuentas.
Además, las dos principales carencias en materia de transparencia se refieren a la información detallada sobre el monto y uso del presupuesto, así como el desempeño legislativo individual.
El diagnóstico también revela que los cuerpos legislativos en México carecen de un adecuado marco normativo que evite e inhiba el conflicto de interés, y existe una gran área de oportunidad en el uso de datos abiertos y formatos no propietarios.
Según los resultados de este ejercicio, las cámaras de Diputados y de Senadores son las que obtuvieron mejores grados de cumplimiento, pero no alcanzan 60 por ciento, lo que da una dimensión del estado que presenta el resto de los cuerpos legislativos del país.
A su vez, la catedrática y analista política, María Amparo Casar, afirmó que el Congreso de la Unión en México es el segundo parlamento más caro en el continente americano, por el monto de recursos que le son asignados, sólo por debajo de Brasil.
Mencionó que la Cámara de Diputados tiene una plantilla de más de cinco mil 200 trabajadores, la mayoría de los cuales tiene muy pocas actividades sustantivas, pero reciben en promedio un salario mensual de 33 mil pesos.