A pesar de las presiones que significan la inflación, el alza global en los precios de energéticos y el creciente riesgo de recesión, principalmente en Estados Unidos, México tiene un salvavidas que le ayudará a sortear estos riesgos: la atracción de empresas al país para acortar las cadenas de suministro, mejor conocido como el nearshoring.
El nearshoring es una tendencia que creció durante la pandemia, principalmente por la disrupción de las cadenas de suministro global, y que busca la mudanza de centros de producción a sitios más cercanos a sus consumidores, para reducir el costo de transporte, así como sus riesgos en el traslado.
Debido al alto nivel de intercambio comercial con Estados Unidos, México tiene una mayor oportunidad de atraer industrias que buscan llegar al mayor mercado de consumo global.
“Las exportaciones seguirán beneficiándose de una profunda integración en las cadenas de valor mundiales y una recuperación gradual del turismo y los proyectos de infraestructura pública beneficiarán la inversión”, apuntó la OCDE en un análisis.
La Secretaría de Hacienda aseveró que México es un destino natural para atraer inversiones y convertirse en un polo de producción renovado para la región norteamericana en el marco del nuevo Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
“En los momentos actuales y en perspectiva, una política, como se dice de nearshoring; es decir, cercano al borde fronterizo, es altamente recomendable y potencialmente realizable, dada nuestra cercanía a los principales socios comerciales con los cuales conformamos el mercado más grande del mundo a nivel regional”, dijo en conferencia reciente el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O.
En este sentido, la gobernadora del Banxico, Victoria Rodríguez, señaló previamente que un factor que puede impulsar el crecimiento económico del país es que, en el marco del T-MEC, México sea un destino atractivo para la inversión, ante una reconfiguración global en los procesos productivos, con beneficios para su actividad económica y productividad.
Entre el 6 y el 8 de julio pasados, la Secretaría de Hacienda, en alianza con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Nacional Financiera (Nafin), y otros organismos presentaron una serie de estímulos fiscales y condiciones atractivas para llevar empresas industriales al sur-sureste del país, especialmente a aquellas que apuestan al nearshoring.
El BID pondrá una bolsa de 200 millones de dólares para que, por medio de Nafin, faciliten financiamiento a las empresas nacionales o extranjeras dispuestas a relocalizarse en esta parte del país.
Además, buscan generar una inversión privada y pública que en conjunto representa una inversión por 20 mil millones de pesos y la generación de hasta 150 mil empleos, que se distribuirán a lo largo de 10 parques industriales que comprende el proyecto del corredor transístmico.
(milenio.com)