En bares, antros, restaurantes y supermercados es común encontrar diversas etiquetas de mezcal, pero detrás de cada una de estas botellas se encuentra el trabajo de productores y pequeñas empresas que buscan posicionar la categoría, más allá de una moda, como una bebida de alta calidad.
Para el co-fundador de Mezcal Bruxo, Guillermo Chávez, dicha labor no es sencilla, pues lograr que sus productos lleguen a consolidarse lleva consigo una serie de curvas de aprendizaje para entender las características de la producción de las bebidas, así como de la estrategia comercial para llegar a los puntos de venta.
“Hay algo muy interesante en las marcas de mezcal, son marcas independientes, fundadas a partir de amigos o socios que conocen algo de la industria del alcohol, hay mucho talento metido. Nosotros no tenemos los presupuestos que tienen las multinacionales, esto hace que no se tenga la capacidad de posicionarnos como lo hacen las grandes empresas”, afirmó.
Ello, dijo, hace al mezcal más especial, toda vez que para llegar a ser una marca reconocida se suma el trabajo de los maestros mezcaleros en las comunidades rurales y los socios que emprenden la estrategia de llegar al consumidor final y garantizar que la producción del destilador será capaz de atender la demanda.
Chávez cuenta que la iniciativa ¿Por qué mezcal? se trata de eso, de una expresión de apoyo que hacen entre todos los productores, para posicionar la categoría de mezcal en el mercado mexicano, que se conozcan las marcas y entre todos ayudarse.
“Lo más complicado ha sido la curva de aprendizaje para entender cómo funcionan las cadenas comerciales…, una vez que entiendes cómo funciona y comprendes que si no le entregas la caja que te pide, el día que te piden, a la hora que te piden, te cobran.
“Las Pymes de repente no sabemos cómo jugar con ellas porque lo tomamos muy a la ligera, pero es muy importante tener la capacidad de suministro para las cadenas comerciales”, aseguró.
Sin embargo, a pesar de los retos, el representante de Mercadotecnia de Mezcal Bruxo, Gabriel Morales, dijo que han logrado posicionar su marca como una de las líderes del segmento en el mercado, ya que son los que más han crecido en el último año y medio, gracias a los restaurantes y bares, a la gente que lo promueve en el punto de venta.
En este sentido, el co-fundador de la compañía explicó que cuando iniciaron compraban al maestro mezcalero aproximadamente un galón de mezcal cada tres meses, pero actualmente producen cerca de 12 mil litros de mezcal mensuales, de sus diferentes etiquetas.
Chávez expuso que han trabajado para lograr una escala en la producción grande, sin que deje de ser artesanal, lo que representa un reto, pues un punto fundamental es que el producto se siga haciendo con el mismo proceso con el que se hacía hace 300 años.
Para el directivo de la empresa, esto ha sido entretenido, pero a la vez complicado, ya que cuando empezaron fue un shock el trato con los productores, debido a que estaban acostumbrados firmar contratos, y con los maestros mezcaleros, estrechar sus manos fue suficiente y siguen trabajando y creciendo juntos.
Por otra parte, Gabriel Morales recordó que fueron los productores de Bruxo quienes después de un viaje por las zonas productoras probando caldos de mezcal encontraron a los productores de su bebida y llegaron a un acuerdo para hacer la comercialización de sus productos.
Desde entonces han trabajado juntos para conseguir el agave suficiente para abastecer la demanda, con las características adecuadas, para fabricar cada una de sus etiquetas que venden en el mercado.
“Ellos (los productores) tienen una mayor producción y la empresa hace una comercialización estable del producto, lo que les permite una mayor estabilidad económica a los agricultores” afirmó el encargado de mercadotecnia.
De acuerdo con datos del Consejo Regulador del Mezcal (CRM), de 2011 a finales del años pasado, la producción del destilador creció 48 por ciento, al pasar de 980 mil 375 litros a un millón 451 mil 718 litros.
En los últimos tres años, el mezcal se ubicó en el primer lugar del promedio de crecimiento compuesto por volumen, con un equivalente al 36 por ciento, teniendo un mayor éxito en la zona del Valle de México.