La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) trabaja con instituciones académicas y de investigación de Japón, para mejorar e impulsar cultivos con resistencia al cambio climático.
La dependencia expone que representantes del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y de la Universidad de Tsukuba, de Japón, se reunieron para definir acciones del Proyecto Valoración de la Diversidad y Desarrollo del Uso Sustentable de los Recursos Genéticos de México (DIGEM).
La iniciativa se desarrolla en colaboración con investigadores del Centro Nacional de Recursos Genéticos (CNRG) -ubicado en Tepatitlán, Jalisco- y expertos japoneses, con el propósito de continuar y fortalecer los trabajos de colaboración en materia agroalimentaria entre las dos naciones.
El director general del INIFAP, Luis Fernando Flores, sostuvo que el proyecto busca establecer un sistema de caracterización y conservación de especies mexicanas, así como el mejoramiento de los métodos de preservación a largo plazo del germoplasma que se resguarda en el CNRG.
Ello permitirá el manejo de nuevos genotipos para adaptarse a los cambios ambientales, reducir la erosión genética en poblaciones de alto valor y, en consecuencia, apoyar la producción agrícola, así como aumentar el reconocimiento del valor histórico y cultural de los recursos genéticos de México.
Esta colaboración técnica y científica forma parte de una estrategia de cooperación con el gobierno de Japón, coordinada por la Agencia Japonesa de Ciencia y Tecnología (JST, por sus siglas en inglés) y la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA, por sus siglas en inglés).
El titular del INIFAP dijo que se apoyará el intercambio de información y se fortalecerá la innovación de prácticas y esquemas de capacitación para obtener una estrecha colaboración con Japón, toda vez que el CNRG tiene una gran variedad de recursos genéticos y una amplia gama de aplicaciones.
El catedrático de la Universidad de Tsukuba, Kazuo Watanabe, destacó la relevancia de trabajar con especies originarias de México, ya que son reconocidas a nivel mundial, además de que destacó la experiencia de los investigadores mexicanos, así como su amplio banco de germoplasmas y material genético, resguardado por el INIFAP.
Otros participantes en el proyecto también son el Banco de Genes del Instituto Nacional de Ciencias Agrobiológicas (GB-NIAS), el Centro Internacional de Investigación en Ciencias Agrícolas del Japón (JIRCAS), la Universidad de Tottori, la Universidad de la Ciudad de Yokohama (YCU) y la Universidad de Osaka.