A pesar del incremento a la educación del 1.9 por ciento en el presupuesto federal 2022, la propuesta es un retroceso y un “robo” porque los recursos están mal encausados, pues se contempla aumentar las becas, pero no el apoyo de los programas destinados a combatir el rezago educativo en el país, advirtió la organización Mexicanos Primero.
David Calderón, presidente de Mexicanos Primero, aseguró que el “robo” a las escuelas reside en que, aunque habrá un monto mayor para los edificios, en lo que hace a la escuela como comunidad de aprendizaje que debe reactivarse y compensar los devastadores efectos de un cierre excesivamente prolongado por la pandemia de covid-19, el Presupuesto de Egresos de la Federación aprobado para 2022 significa un retroceso.
“Hay un mensaje contradictorio: en el discurso, el llamado es ‘vuelvan presencialmente a la escuela, no tarden ya’. En la práctica, en la realidad tangible y terrenal del dinero invertido en educación se les invita a llegar a un contexto que no les favorece, o hasta puede ser riesgoso para niñas y niños”.
“El aumento en el monto destinado a becas masivas sigue siendo insuficiente para compensar las principales carencias, pero además distorsiona la inversión para el desarrollo. Como no tiene focalización adecuada, la generalización produce el efecto de consolidar las brechas, en lugar de cerrarlas”, señaló.
En conferencia de prensa, dijo que este presupuesto atenta contra la progresividad del derecho a aprender, pues para garantizarlo también exige un gasto que se amplíe, o al menos no se reduzca.
Fernando Ruiz, director de investigación de la organización, explicó que, aunque pareciera un incremento en el gasto en educación básica, si se compara con los recursos ejercidos en 2015, los recursos destinados para las escuelas de educación básica en 2022 tendrán una reducción de 64 mil 868 millones de pesos.
Alertó sobre los programas desaparecidos que afectan en promedio a 37 mil 570 escuelas y 4.3 millones de niños, entre Escuelas de Tiempo Completo (PETC), el Programa Nacional de Convivencia Escolar (PNCE), el Programa para la Atención a la Diversidad de la Educación Indígena (PADEI), el Programa Atención Educativa de la Población Escolar Migrante (PAEPEM) y el Programa de Desarrollo de Aprendizajes Significativos de Educación Básica (DASEB), todos ellos destinados atender a estudiantes en las zonas de mayor marginación.
Ante esta situación, la organización exigió que las reglas de operación para La Escuela es Nuestra y el programa de Expansión de la Educación Inicial incluyan focalización, aseguren transparencia y eviten la captura de control clientelar, asimismo, se atiendan las resoluciones judiciales que mandan destinar al menos 5 mil millones de pesos de LEEN para los componentes de alimentación y jornada ampliada, y asegurar agua en cada escuela cubrebocas, jabón y sanitizantes.
“La desaparición de programas para indígenas, migrantes, tiempo completo, convivencia y otros rubros, literalmente empobrecen la experiencia de millones de niños. La desaparición de programas, sin atender a las evaluaciones positivas de Coneval, sin analizar los resultados, sin justificación, sin sustituto ni mitigación es despojo, es robo, un robo más grave por generalizado, un robo más difícil de combatir porque es estructural, e invisible para la mayoría de la población”, advirtió Calderón.
(milenio.com)