La Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) se declaró lista para participar en la definición de la política industrial de nueva generación que necesita México para los próximos años.
“Este es el momento del sector fabril y estamos preparados para ser activos partícipes en la construcción de la política industrial que dé rumbo y sentido al esfuerzo de empresarios y trabajadores”, expuso el organismo.
En su publicación mensual “Pulso Industrial”, dio a conocer los principios a partir de los cuales, en su opinión, debe orientarse la estrategia que habrá de definir el rumbo de la industrialización en los años por venir.
El primero es que la política industrial de nueva generación deber ser el resultado de una gran alianza en favor de la modernización y competitividad del sector fabril mexicano, a partir de dos vertientes: el Sistema Mexicano de Innovación y el Impulso a los Encadenamientos Productivos.
El segundo principio es fomentar el desarrollo del mercado interno, a través del fortalecimiento de las empresas micro, pequeñas y medianas (mipymes), debido a su capacidad generadora de empleos, su contribución al desarrollo regional y a la creación de una sólida base industrial para la rearticulación de cadenas productivas.
Lograrlo, señala, implica la participación de autoridades federales y estatales, banca de desarrollo, organismos de representación empresarial y trabajadores, entre otros, para negociar y establecer políticas sectoriales diferenciadas.
Esto, según las necesidades específicas de las empresas, su encadenamiento industrial, su importancia como generadores de empleo, tal y como se ha hecho en países como China, India y Brasil, entre otros.
En este último país, por ejemplo, se brinda tratamiento diferenciado en materia fiscal, asistencia técnica y formación empresarial, a las pequeñas y medianas (Pymes) exportadoras, a las empresas innovadoras y a las creadoras de tecnologías.
El tercer principio que plantea la Concamin es la de diseñar toda una estrategia de sustitución eficiente y competitiva de importaciones, identificando aquellos productos e insumos que podemos fabricar.
Para ello, hay que aprovechar la infraestructura productiva disponible y los recursos existentes en la banca de desarrollo, para financiar las mejoras de los procesos productivos y la adaptación de las empresas a las exigencias propias de la modernización y la intensa competencia.
El organismo industrial señaló que en lo inmediato es posible impulsar la articulación y fortalecimiento de las cadenas productivas y el desarrollo de proveedores alrededor de las principales industrias de cada entidad federativa.
Como cuarto principio, promover la incorporación de los adelantos tecnológicos en la operación de las empresas micro, pequeñas y medianas, a través de apoyos financiero y fiscales para impulsar el arraigo de los adelantos tecnológicos en las pymes y fortalecer su capacidad generadora de empleos.
El quinto principio es inducir el desarrollo de agrupamientos industriales de alta competitividad internacional, lo mismo regionales que sectoriales, con una creciente participación de empresas micro, pequeñas y medianas.
Ello, tal y como ocurre en Querétaro, Aguascalientes y Guanajuato, entre otras entidades federativas, que decidieron aprovechar su vocación productiva a partir de la especialización industrial y la integración de cadenas de valor como la automotriz, la aeroespacial y la electrónica.
El sexto es aprovechar las mejores prácticas para el fortalecimiento industrial y aprovechamiento de la globalización (Corea, la Unión Europea, Taiwán, entre otras) construidas a partir de la producción y comercialización de productos con alto valor agregado y el desarrollo de plataformas de exportación soportadas por sólidos sistemas de proveeduría nacional.