Para que México crezca al ritmo que se necesita y lo haga de manera sostenible, es indispensable equilibrar al alza el crecimiento económico de las entidades federativas, consideró el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Gerardo Gutiérrez Candiani.
“Emparejemos los niveles de dinamismo y de desarrollo entre las diferentes regiones y las 32 entidades federativas, que hoy presentan contrastes dramáticos en ambos aspectos”, subrayó en su mensaje semanal.
Refirió que hay cinco estados que, por años, han logrado crecer a una tasa anual promedio superior al 4.0 por ciento, más del doble del promedio nacional que se requiere alcanzar como país para afrontar los retos en temas como empleo, pobreza y demografía.
Si en los últimos 10 años México hubiera crecido al ritmo de estos estados punteros en la materia, como Querétaro o Quintana Roo, el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita anual superaría ya los 18 mil dólares, casi 80 por ciento por encima del que se tiene en la actualidad.
Sin embargo, dijo que 70 por ciento de los estados crece a niveles insuficientes o presenta rasgos de relativo estancamiento, o inclusive de retroceso.
“Si en datos recientes hay estados como Aguascalientes, que llegan a superar el crecimiento de China, preocupa que, lejos de que se estén paliando las brechas y los rezagos, tienden a aumentar la divergencia entre los estados con más dinamismo y los de peor desempeño”, apuntó.
Para Gutiérrez Candiani, el trasfondo es que aumenta la distancia entre los extremos en productividad e inversión, factores esenciales para el desarrollo sostenido.
Indicó que la inversión por trabajador en entidades como el Distrito Federal y Nuevo León es más de 4.5 veces la que existe en los estados del sureste mexicano.
En este contexto, sostuvo que hasta es natural e inevitable que haya variabilidad en el comportamiento económico y en el desarrollo de las regiones, pero las diferencias que existen en México son de tal magnitud que inclusive son un factor de riesgo muy importante.
El dirigente empresarial aseguró que los esfuerzos son tan dispares como los resultados en el desempeño económico entre las regiones y los estados, puesto que durante décadas se ha hecho poco para remediar estos desequilibrios, sin constancia ni eficiencia.
Mencionó que como nación a nivel macro, y en los estados en lo general, se ha fracasado en el objetivo de articular una estrategia y políticas de desarrollo regional sólidas.
Empero, mencionó que no todo es negativo y se abre un área de oportunidad enorme, al comenzar por la identificación y réplica de mejores prácticas de muchos estados, con resultados impresionantes, lejos de la ineficiencia y del carácter retórico que muchas veces tiene la política de desarrollo regional que se ha hecho en México.
Señaló que con el soporte de la alianza establecida recientemente entre la Conferencia Nacional de Gobernadores y el Consejo Coordinador Empresarial, se pretende iniciar un intenso proceso de trabajo con todos los ejecutivos locales y los sectores productivos de sus entidades.
“Tenemos que construir, con sentido de oportunidad, acuerdos marco de política industrial y desarrollo regional. Es indispensable, contar con una política de fomento sólida y compartida, para maximizar el alcance de las reformas estructurales”, subrayó.
Gerardo Gutiérrez dijo que la conformación de consorcios de empresas regionales, en especial pequeñas y medianas que puedan integrarse a los contratos y crecer con la reforma energética, es una oportunidad irrepetible, que puede tener un impacto decisivo en 12 estados.
Añadió que ven también como una gran opción para reducir las brechas económicas, y fuente de crecimiento para todos, el conjunto de proyectos que se configuran para la zona sur-sureste del país, ya que el desarrollo de esta región, la de mayores rezagos, debe tener un carácter de prioridad nacional.