París.- Francois Michelin, el legendario presidente de la llantera multinacional Michelin, fallecido la víspera, fue el “patriarca” y el máximo exponente del capitalismo familiar industrial “a la francesa”, destacaron hoy medios y empresarios locales.
El presidente más emblemático de la firma del muñeco “bibendum”, una de las marcas francesas más conocidas y admiradas en el mundo, falleció el miércoles poniendo fin a un modelo de empresa familiar de más de 100 años, cuya gestión pasó durante décadas de padres a hijos.
“La fe conduce a la noción de la vida eterna. No hay desaparición”, comentó en una ocasión Michelin, un hombre profundamente católico, que ha dejado un legado empresarial y un recuerdo “eterno” en su país a juzgar por los comentarios publicados sobre su muerte.
“Ha desaparecido un industrial de leyenda”, publicó este jueves el diario conservador Le Figaro sobre Michelin, presidente durante 55 años de la empresa familiar y líder mundial en la fabricación de neumáticos.
El ex presidente francés Valéry Giscard d’Estaing consideró de su lado que Michelin fue un “modelo” para la industria del país, que llevó a lo más alto en su sector en la segunda mitad del siglo XX.
Para el ex presidente de la fabricante automovilística Renault, otra de las principales y más conocidas empresas francesas a nivel mundial, Louis Schweitzer, Michelin “está ya en el Panteón del capitalismo francés”.
El prestigiado diario Le Monde destacó de su lado que pese a dos grandes errores que cometió durante la gestión de su empresa, Michelin logró convertir en cuatro décadas “a un pequeño fabricante de neumáticos provincial en el líder mundial del sector”.
“Convirtió a la marca en un estandarte de Francia en el extranjero y en un barómetro social de la desindustrialización de Francia”, añadió el prestigiado rotativo de la tarde.
Le Monde recordó que la clave de Michelin para convertir a su pequeña empresa en un gigante mundial fue el descubrimiento por uno de sus ingenieros de la denominada llanta radial y en la apuesta de Michelin por este neumático revolucionario.
“Al desarrollar el neumático radial, transformó a una empresa familiar regional en uno de los mayores grupos franceses y en una de las empresas mejor conocidas por los franceses”, reconoció de su lado el presidente Francois Hollande.
La muerte de Michelin, el miércoles a los 88 años de edad, fue dada a conocer por la empresa llantera, la cual en un comunicado destacó que “consagró toda su existencia al servicio de la empresa” desde la pequeña ciudad de Clermond Ferrand, sureste, donde siempre vivió.
Huérfano, matemático y ultra-católico, Michelin dirigió desde la pequeña ciudad la llantera durante 47 años, hasta 1999, y cedió posteriormente la dirección de la multinacional a su hijo Edouard, quien murió en un accidente de pesca.
En el comunicado, la llantera, una de las principales a nivel mundial, resaltó que Michelin “transformó al grupo al que le dio su dimensión internacional”.
“Bajo su dirección, Michelin conoció un desarrollo sin precedentes, animado por su pasión por la innovación, así como por su exigencia de rigor en el servicio y en la calidad”, concluyó el boletín.