El festejo Día del Amor y la Amistad arrojará una derrama nacional estimada de mil 482 millones de pesos para este 2015, señaló la investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, Isalia Nava Bolaños.
En un comunicado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la investigadora precisó que luego de la denominada “cuesta de enero” que implica pagos pendientes y desembolsos, con la celebración del 14 de febrero se reactivan rubros importantes para la micro, pequeña y mediana empresa.
Detalló que en 2014 la cifra fue de mil 360 millones de pesos, lo que representó un aumento de nueve por ciento con respecto a 2013.
De acuerdo con encuestas y estudios comerciales y de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño de la Ciudad de México (CANACOPE ServyTur), ocho de cada 10 mexicanos en el Distrito Federal y su zona metropolitana, así como de Guadalajara y Monterrey, festejan esta fecha.
La investigadora destacó que durante su investigación los resultados reflejaron que en las principales ciudades del país, los varones solteros, de entre 20 y 39 años, son los que destinan más dinero a su festejo.
El promedio de gasto para la celebración del Día de San Valentín es de 500 pesos, pues los jóvenes son los que más participan en este festejo y no tienen una capacidad adquisitiva elevada. Además, se incrementa la demanda de servicio en hoteles y moteles, así como la venta de preservativos, aunque no precisó la cifra.
No obstante, el 10 de mayo, se mantiene como la festividad de mayor consumo, por su convocatoria y arraigo generalizado.
Reconoció que los chocolates, dulces y flores continúan siendo los favoritos al alcanzar un aumento en su venta de hasta 30 por ciento; en cuanto a las flores, las rosas son las más adquiridas por su carácter emblemático y representativo del amor.
El segundo lugar lo ocupan los globos y peluches, mientras que lo que más obsequian las personas pertenecientes a estratos económicos más altos, son gadgets y joyas.
Las redes sociales también alientan la comercialización, porque es uno de los medios donde se difunde la información con mayor facilidad, pues no cuesta.
“Ahora es fácil compartir una tarjeta electrónica, mensajes o dejarse llevar por ‘la conducta de contagio’, que implica que si alguien más lo hace, los demás también quieren hacerlo”, concluyó.