El gobierno de Estados Unidos anunció que desarrollará una nueva política que obligue a los fabricantes de cigarrillos a reducir la nicotina a niveles no adictivos, una medida que supondrá un fuerte golpe para la industria del tabaco.
La medida requiere que la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) desarrolle y publique una reglamentación, que luego podría ser impugnada por la industria tabacalera. La norma, prevista para mayo de 2023, se diseñaría con el objetivo de facilitar el abandono del tabaco y ayudar a evitar que los jóvenes se conviertan en fumadores habituales, según un documento publicado por la Oficina de Presupuesto de la Casa Blanca.
“La nicotina es poderosamente adictiva”, dijo el comisario de la FDA, Robert Califf, en un comunicado. “Hacer que los cigarrillos y otros productos de tabaco de combustión sean mínimamente adictivos o no adictivos ayudaría a salvar vidas”.
La implementación de la iniciativa tomaría varios años y podría retrasarse o descarrilarse por litigios, o revertirse si un futuro gobierno decide no seguir adelante al no simpatizar con sus objetivos.
La nicotina es la sustancia que lleva a millones de personas a consumir cigarrillos. Miles de otras sustancias químicas contenidas en el tabaco y su humo son responsables de enfermedades como el cáncer, males cardíacos, derrames cerebrales, enfermedades pulmonares y diabetes entre otras.
“La adicción a la nicotina en los productos de combustión es el principal motor del consumo continuado de estos productos”, añadió la FDA en su comunicado.
El anuncio fue acogido con satisfacción por los grupos de control del tabaco.
“La Asociación Estadunidense del Pulmón está complacida (…) Es un importante paso adelante para la salud pública, e instamos a la FDA a ampliar esta propuesta para incluir todos los productos del tabaco, incluidos los cigarrillos electrónicos”, dijo el director general del grupo, Harold Wimmer.
Pese a que el número de fumadores ha ido disminuyendo a lo largo de los años, el tabaco es responsable de 480 mil muertes al año en Estados Unidos, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Un 13.7 por ciento de los adultos estadounidenses son actualmente fumadores, según datos de los CDC.
En 2017, el entonces comisionado de la FDA, Scott Gottlieb, anunció que quería avanzar en el tema y financió un estudio publicado en 2018 en el New England Journal of Medicine que encontró que “los cigarrillos con nicotina reducida (…) redujeron la exposición y dependencia” y “el número de cigarrillos fumados”.
La industria tabacalera rechaza esos hallazgos y dice que, de hecho, la gente fumaría más. El presidente Joe Biden ha hecho de la lucha contra el cáncer una pieza central de su agenda y la política de reducción de la nicotina encajaría dentro de sus objetivos, a un costo mínimo.
El costo económico de fumar asciende a más de 300 mil millones al año, según los CDC, incluyendo más de 225 mil millones en atención médica directa para adultos y más de 156 mil millones en pérdida de productividad debido a la muerte prematura y la exposición al humo.
(milenio.com)