El gobierno federal, por medio de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), desarrolla en todo el país un nuevo modelo de vivienda popular que permite a los sectores más desprotegidos de la población acceder a una casa digna.
Lo anterior se lleva a cabo mediante un esquema que, a su vez, combate el hacinamiento, contribuye al reordenamiento urbano y a la sustentabilidad del medio ambiente, explica la dependencia federal en un comunicado.
Por medio del Fideicomiso Fondo Nacional de Habitaciones Populares (Fonhapo), la Sedatu coordina el otorgamiento de subsidios a personas que ganan menos de 2.5 salarios mínimos, a fin de satisfacer las necesidades de vivienda de los hogares en situación de pobreza para que, con dicho apoyo, adquieran, construyan o mejoren su vivienda y consoliden así su patrimonio familiar.
La Secretaría resalta que a partir de la presente administración, las casas para las familias más pobres del país tienen como requisito contar con terrenos mayores a 40 metros cuadrados, dos recámaras, sin excepción (antes tenían una), cocina, baño y área común de usos múltiples.
Asimismo, las viviendas deben contar con techo de concreto; muros sólidos de ladrillo o block con aplanados y pintura, fosas sépticas e instalaciones eléctricas e hidrosanitarias.
Subraya que en coordinación con institutos de vivienda de los estados de la República y con autoridades municipales, se desarrollan proyectos habitacionales que son dotados con ecotecnias, como son biodigestores (cuando no hay drenaje), colectores pluviales, calentadores solares, cocinas ecológicas (patsari) y en lugares con climas extremos, con tabiques térmicos.
Detalla que el subsidio que se otorga creció de 53 mil a 63 mil 600 pesos y sólo es otorgado para construir casas que tengan al menos dos recámaras, además de que ahora todas estas viviendas tienen techo de concreto, por lo que las láminas quedaron en el pasado.
La Sedatu destaca que las casas populares que actualmente se construyen con subsidio del gobierno federal tienen un costo total aproximado de entre 110 mil a 120 mil pesos.
La diferencia que hay después del subsidio federal de 63 mil 600 pesos lo aportan los gobiernos estatales y municipales, en tanto que los beneficiarios ponen el terreno, que como condición no deben estar en zonas de riesgo ni en áreas protegidas y cooperan con cuatro mil pesos, y cuando no tienen dinero, lo hacen en especie o con mano de obra.
Para el ejercicio 2015, la Sedatu posee un presupuesto programado para el otorgamiento de subsidios por medio del Fonhapo de dos mil 283 millones de pesos, con lo que espera otorgar 61 mil 947 apoyos a igual número de familias y que representaría beneficios para una población de más de 241 mil personas en todo el país.
Del total de la meta de subsidios, agrega, 22 mil 61 son para viviendas nuevas y 39 mil 624 para mejoramientos y ampliaciones.