En los últimos 25 años la reducción de la deuda pública externa de la región latinoamericana ha sido notable; de 70 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) que representaba a comienzos de los años 90, en comparación con 16 por ciento que registró en 2014, destaca la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
En su informe anual “Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe 2015. Dilemas y espacios”, el organismo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) precisa que los niveles de endeudamiento son muy disímiles entre países de la región.
Señala que Brasil tiene la deuda pública más elevada de América Latina (63.5 por ciento del PIB en 2014), aunque en términos de deuda neta el monto es muy inferior (37 por ciento).
Otros países de América del Sur (Uruguay, Colombia y Argentina) y algunos de Centroamérica (El Salvador, Costa Rica, Honduras, República Dominicana y Panamá), así como México, tienen niveles de endeudamiento moderados (entre 36 y 44 por ciento del PIB).
En el otro extremo, con niveles inferiores a 22 por ciento del PIB, se encuentran Chile, Perú y Paraguay, agrega la Cepal en el documento que será presentado durante el XXVII Seminario Regional de Política Fiscal a realizarse este 10 y 11 de marzo en la sede del organismo en Santiago, Chile.
El informe refiere que en América Latina (considerando un promedio de 19 países) tuvo lugar un largo periodo de aumento de la proporción de la deuda pública con respecto al PIB (1970-1989), seguido por etapas de reducción (durante 1990-1997 y 2004-2008, luego de un breve período de alza entre 1998 y 2003) y finalmente de estabilización entre 2009 y 2014.
Menciona que entre 2003 y 2008 se redujo considerablemente el nivel de la deuda pública y además se modificó de manera significativa su composición, observándose una extensión de los plazos, una mayor participación de la deuda a tasa fija, un aumento de la proporción de residentes en su tenencia y un creciente peso de las deudas en moneda local.
Destaca que los proyectos financiados con recursos públicos o público-privados pueden incrementar la actividad económica especialmente en períodos de capacidad ociosa de la economía y cuando las necesidades de inversión en infraestructura están claramente identificadas, como es el caso de la región.
En el estudio, el organismo de las Naciones Unidas menciona que América Latina y el Caribe ha utilizado la política fiscal para reactivar la inversión y enfrentar el actual contexto de desaceleración económica, aunque con diferencias entre los países.
Advierte que la caída en los precios de los productos básicos implica una reducción de las rentas provenientes de los recursos naturales no renovables, lo cual debilita las finanzas públicas de los países exportadores.
Esto podría ser compensado por las recientes reformas tributarias, especialmente por el fortalecimiento de la tributación directa, estima.
Según el “Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe 2015”, la carga tributaria aumentó cinco puntos del PIB entre 2000-2013 en la región, con una estructura de impuestos regresiva, lo que explica que la incidencia de la política fiscal sobre la distribución del ingreso sea poco significativa.
Por ello, la Cepal urge continuar promoviendo acciones dirigidas a combatir la evasión y la elusión fiscal, reducir los tratamientos preferenciales y, en general, fortalecer la tributación sobre las rentas de capital.
Las principales conclusiones del documento serán presentadas durante la primera sesión del XXVII Seminario Regional de Política Fiscal, que será inaugurado mañana por la Secretaria Ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, y el Ministro de Hacienda de Chile, Alberto Arenas.