Berlín.- Alemania rechazó por enésima vez dar una compensación económica a Grecia por 300 mil millones de euros (unos 325 mil millones de dólares) por concepto de “responsabilidad moral”, así como por daños y perjuicios durante la Segunda Guerra Mundial.
Tras hacerse público que Atenas reclama el pago de entre 279 mil millones de euros (unos 302 mil 631 millones de dólares) a 320 mil millones de euros (347 mil 104 millones de dólares) a Berlín por los conceptos anteriores, el ministro de Economía, Sigmar Gabriel, aseguró que el tema de las reparaciones está legalmente cerrado.
Calificó de “tonto” mezclar las reclamaciones por crímenes de la Segunda Guerra Mundial con las negociaciones en curso que Atenas mantiene con sus socios europeos para recibir asistencia financiera.
La demanda económica que Grecia exige a Alemania ha sido calculada por expertos del Ministerio griego de Finanzas y por el Banco Central de ese país.
Los más de 325 mil millones de dólares engloba el préstamo forzoso que Atenas tuvo que conceder a Alemania y las indemnizaciones en concepto de crímenes y daños de guerra, así como responsabilidad moral.
Gabriel, a pesar de dar por concluido el capítulo de reparaciones con Grecia, dijo que la responsabilidad moral de Alemania se mantiene y aseguró, sin precisar, que no se le debe poner “punto final”.
Esta declaración significó que Alemania está consciente de su pasado nazi y de todo lo que ese gobierno provocó.
La situación económica de Grecia es en la actualidad complicada. Sin una asistencia financiera a corto plazo, el país podría declarar la bancarrota.
Los socios de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) congelaron la ayuda por siete mil 200 millones de euros (siete mil 800 millones de dólares) debido a que Atenas no cumple con los requisitos de reforma exigidos.
Hasta el momento, Grecia recibió un total de 240 mil millones de euros (unos 260 mil 328 millones de dólares) en ayudas, de los que se estima que unos 55 mil millones de euros (unos 59 mil 658 millones de dólares) fueron aportados por Alemania.
Mañana miércoles, el primer ministro griego Alexis Tsipras se reunirá en Moscú con el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Su visita se ve con recelo en la UE, de hecho, el parlamentario Manfred Weber consideró que se trata de “una visita en el momento equivocado”.
“Sería una estrategia arriesgada que Tsipras, con una aproximación al sistema autocrático ruso, busque la salvación en una situación tensa como la actual”, dijo el político en declaraciones al diario Tagesspiegel.
El gobierno griego necesita de forma urgente préstamos adicionales, luego que las negociaciones con sus socios de la UE y con el FMI no han concluido con éxito.
El gobierno de Tsipras rechaza llevar a cabo programas de ahorro y reformas económicas.
También desde la Comisión Europea se envió un mensaje a Tsipras: “Esperamos que todos los Estados miembros de la UE hablen con una sola voz a nuestros socios comerciales, incluida Rusia”, declaró un portavoz de la Comisión.
En el contexto de ese enfrentamiento, Rusia bloqueó la importación de alimentos de occidente como respuesta a las sanciones que la UE le impuso a Moscú por la crisis de Ucrania y por la adhesión de la Península de Crimea.
Este bloqueo afectó de forma considerable a la economía griega.